miércoles, 21 de diciembre de 2022

TODO SUCEDE EN TEL AVIV de Same Zoabi

Tardíamente estrenada en Argentina (es un film de 2018) cuenta una historia  sobre una posible amistad, pero especialmente, necesaria. Se trata de una amable comedia que se focaliza en la relación que establece un palestino y un guardián de un puesto fronterizo en Ramalah durante la guerra de los 7 días en 1967, uno de esos momentos clave del conflicto (victoria israelí, derrota árabe), percibida de forma polarizada por ambos bandos. 

Salam es un joven palestino que acaba de obtener su primer trabajo como escritor profesional de una popular novela de la televisión  israelí. Tiene poca experiencia como autor. Además, la censura licua todo intento de propaganda. Todo va bien hasta el momento en que los patrocinadores del programa no acuerdan como debería terminar la temporada.

El film es una típica comedia costumbrista que trata de mostrar  a través de sus dos personajes principales (el escritor y el custodia mencionados) el estilo de vida y la posibilidad de convivencia, ciertamente forzada, de la nueva clase media en Israel.

El film es también una representación de la vida de las personas atrapadas en medio de un  conflicto casi perenne, el israelí-palestino. Los dos personajes principales se destacan por sus diferencias, pero lo notable es que esas diferencias no son obstáculos para que entre ellos nazca una amistad.

Lo interesante del caso es que esa amistad se desarrolla y se transforma en fuente de inspiración del otro, lo cual salva las diferencias y los une en una amistad, que justamente se desarrolla en el puesto fronterizo, un contexto árido que no facilita las relaciones sociales aunque el desenvolvimiento de sus respectivas acciones, siempre ocurren en un lugar muy particular: la garita fronteriza.

La escritura del guion y la actuación funcionan en conjunto creando personajes primero antagónicos, luego amigos, desarrollando situaciones con los que podemos identificarnos, generando risa sin dejar de lado la profundidad del tema de la película. El film mantiene en todo momento su frescura y un tono de alegría  que lleva al positivismo, poder pensar en la posibilidad de una convivencia, ello es establecer relaciones amigables entre personas diferentes.

El film evita la parodia, aunque no deja de reconocer las diferencias. Siempre mantiene el tono de comedia, mostrando sutilmente la realidad de ciertas diferencias, aunque no discrimina metiéndose en lo político. Nunca se vuelve demasiado serio, o frívolo, o intente agradar con una idea política, un partido político en particular, como tampoco se desvía ni hacia la farsa satírica, y mucho menos, hacia lo frívolo.

En síntesis, un comedia diferente que se hace escuchar con agrado porque en su fondo no hace otra cosa que ratificar la necesidad de los pueblos de vivir en paz.

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