miércoles, 9 de agosto de 2023

LOS HIJOS DE OTROS de Rebecca Zlotowski

ESTADO DE INFELICIDAD

Estamos ante una joyita del cine moderno y del cine francés. Es una película perfecta por donde se analice. Es un drama que trata sobre la infertilidad femenina. Ello ocurre cuando una mujer no puede quedar embarazada o genera abortos espontáneos.

 La infelicidad es un estado de la emoción relacionado con la incapacidad de no poder ser feliz. Es la falta de algo o de alguien que impide alcanzar lo justo o deseado. Puede ser individual o también, colectiva. La felicidad es todo lo contrario. Un estado caracterizado por sentimientos de alegría y plenitud. Se describe como un estado de emociones positivas y satisfacción con la vida.

 Los hijos de otros son niños de una pareja anterior y la nueva pareja puede  llegar a sentirlos como hijos propios, como también ignorarlos por completo, dejándolos hacer su propia vida.

En el film, Raquel, una estupenda  Virginie Efira, es una mujer de treinta y pico de años, de tipo moderna que tiene su trabajo, está en pareja con Alí (Roschdy Zem), un hombre separado que tiene una hermosa hija, una niña llamada Raquel.

La estrecha relación entre Raquel y la niña genera en ella su deseo de ser madre. Cuando consulta a su ginecólogo, éste le contesta que está comenzando a ser una mujer mayor y sus posibilidades de procrear están disminuyendo, lo cual, le genera una crisis emocional importante.

El trabajo de dirección de Slotowki es excelente. Maneja este material centrado en las emociones como pocas veces se ha visto en el cine moderno, alcanzando picos de realismo y sensibilidad, utilizando un lenguaje cinematográfico basado en el montaje, el acompañamiento musical adecuado, y especialmente un grupo de actores muy creíbles.

Lejos de la adrenalina de los grandes tanques taquilleros, en la película de  Zlotowski se observa un cine muy preciso, que descansa en un grupo de excelentes actores que siempre buscan hacer pie en las emociones y los deseos de los personajes. La sensibilidad de la puesta en escena los muestra como personas comunes que necesitan dar satisfacción a sus vidas buscando el cariño de los demás tratando de hacer cosas buenas, ayudando al prójimo, asumiendo su trabajo, llenando los huecos de soledad a través de la compañía y el cariño, y descubriendo deseos que despiertan inesperadamente, a veces, al filo del abismo.

La directora genera una obra maestra pocas veces vista donde impera un mundo regido por la emoción, donde el afecto y el amor pone al descubierto la necesidad del prójimo, no solo por el acto amoroso sino fundamentalmente, por la existencia del otro.

Los personajes de la película están regidos por el amor hacia el otro. Los afectos desarrollados son la energía que necesita uno del otro cualquiera sea la relación existente, sea padre / hijo, abuelo / nieto, tío /sobrino, o amigos / conocidos.

En cada uno de ellos existe una urgencia de proximidad y una necesidad de afecto, no solo en las relaciones amorosas sino también en la amistad, en el trabajo, en el estudio, en el compañerismo, y sobre todo, en el otro. La escuela y los trabajos son bases físicas de las relaciones humanas. También existen  espacios vacíos donde auto debaten las cuestiones  pendientes. Ésta es la clave principal de la película, la cual lleva a la necesidad de saldar cuentas, en especial, la propia, la que cada uno tiene consigo mismo.

Gran película de la realizadora francesa, una de las mejores en el año, seguramente por el amplio frente que encierra, por la necesidad del amor al prójimo que expresa, y por lo que hace reflexionar al espectador, sentimientos básicos propios del ser humano.

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