Terminada la 2da Guerra
Mundial, un soldado llamado Joseph Piller investiga a un reconocido artista
holandés, acusado de conspirar a favor de los nazis. A pesar de las evidencias,
Piller se va convenciendo de la inocencia del pintor, intentando salvarle su
vida.
El veermer del título
original de la película alude a un pájaro australiano que imita los llamados de
otras especies, lo cual remite a una historia sobre la falsificación del arte,
en concreto, un cuadro del mencionado pintor.
El hecho sucederá después de
terminada la Segunda Guerra Mundial, durante etapa de masificación de la
población, lo cual suele llevar a una mayor
corrupción, con la consecuente pérdida de los valores sociales. Dentro
de ese marco decadente y cada vez más corrupto, un marchante de arte holandés
es acusado de vender al mariscal nazi Hermann Göring un cuadro de incalculable
valor histórico después de ser arrestado
y juzgado por colaboración con el enemigo.
La cuestión es que Van Meegeren, pintor y retratista neerlandes, considerado como uno de los más ingeniosos
falsificadores de arte del siglo xx,
montando una defensa poco convencional, ha afirmado que “La Cena de
Emaus”, obra de arte en cuestión, no era en realidad una obra maestra de
Johannes Vermeer sino una falsificación, pintada nada menos que por él mismo.
Guy Pearce interpreta al artista estafador que sobrevivió a la guerra
vendiendo imitaciones a los nazis en un film de características clásicas que
recrea la época de la posguerra, cuyo tema invoca al arte pero sobre todo a la
artimaña del engaño. El film luce con corrección y atrapa no solo por
sistemática sino también por la destreza narrativa que si bien no innova, tiene
la virtud de relatar con fluidez una historia presumiblemente real que no solo
logra interesar sino también entretener al espectador.
La última parte del film se concentra en el juicio legal. La historia
que, alguna vez fue notoria y ahora casi olvidada, fácilmente captura y
mantiene nuestro interés. Por otra parte, la dirección sencilla de Friedkin
expone siempre con claridad.
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