lunes, 25 de marzo de 2024

NO ESPERES DEMASIADO DEL FIN DEL MUNDO de Radu Jude

Y ES TAL CUAL LO PERCIBMOS…

Con una experiencia de más de 20 años de actividad a través de cortometrajes, documentales y algún otro largo no estrenado en Argentina, llega este representante cabal del nuevo cine europeo, más precisamente rumano, con un film absolutamente personal en lo formal. Amante de la cámara fija, en el round final de una película de casi tres horas se da el gusto de narrar con ella una escena de aproximadamente 40  minutos de duración.

No hay dudas que Jude tiene muy en claro el tipo de cine que busca realizar. Es hijo del cine del Este y como tal, privilegia la imagen sobre el discurso. En consecuencia, su film es absolutamente personal, y sus formas narrativas son directas y concisas. De hecho, la escena aludida nos deja tan desconcertados con su ritmo como su capacidad de darnos una mirada cinematográfica pura tratando de generar un fresco sobre una época que sin lugar a dudas no quedara escrita en la historia de la humanidad.

Jude prende todas las señales de alerta que puede desde su cine para que nos demos cuenta que estamos viviendo mal y que posiblemente, esta decadencia que deja ver desde su Rumania natal, más precisamente su capital, Bucarest sea global.

El film nos habla a través de una mujer taxista en la era Ceaușescu, mostrando la realidad de una mujer llamada Angela (Ilinca Manolache), que trabaja como asistente de producción de una compañía de cine que se pasa el día andando en auto haciendo castings y realizando trámites.

Desde su inicio hasta el final,  se sostiene vagabundeando por las calles, metiéndose en todos lados, logrando no solo filmar sino captar con un estado de cosas que no dan otra visión que la desesperación social que genera  una falta absoluta de porvenir.

No se trata de un film para disfrutar aunque su riqueza narrativa, su fluidez y sobre todo la claridad de su mensaje nos deja pensando y reflexionado sobre lo que estamos viendo. Refleja un estado de situación preocupante porque el film, si bien tiene un andamiaje convencional de comienzo, desarrollo y final,  transcurre básicamente en la calle, y su carácter es documentalista.

Inspirado en el neorrealismo italiano de pos guerra ( nos hace recordar, salvando las distancias), a films como,  Roma, Ciudad Abierta (Roberto Rossellini, 1945), Limpiabotas (Vittorio De Sica, 1946), La Tierra Tiembla (Luchino Visconti, 1948), Ladrón de Bicicletas (Vittorio De Sica, 1948) , y tantas 

No hay comentarios:

Publicar un comentario