lunes, 12 de agosto de 2024

EL MAL NO EXISTE de Ryusuke Hamaguhi

SIMPLE Y CONCRETA

Esta película japonesa que viene precedida de buenos elogios es una obra simple pero contundente en defensa de los recursos naturales y sobre todo un llamado de atención respecto de la necesidad de ocuparse del medio ambiente, tratando de impedir toda impronta innecesaria  que implique una acción humana que atente contra ello.

La acción transcurre en un parque natural cercano a Tokio. Allí la vida natural se lleva a cabo todos los días respetando el equilibrio  entre la vida humana y las acciones de las personas que lo habitan en ese espacio. Llevan una vida simple, se nutren del agua de una cascada, crían sus animales, respetan sus tiempos de reproducción, sus horarios se rigen por la luz solar.

De pronto, una empresa turística, alquila unas tierras en ese mismo lugar con el propósito de generar campings  vacacionales, lo cual, de la noche a la mañana la vida de los aldeanos que viven en ese lugar se verá alterada como consecuencia de la invasión turística que con otras formas de vida, cambiaran la vida de ese lugar,

Obviamente, estamos ante una película cuya actitud está lejos de anteponer los intereses pecuniarios  sobre los naturales. El film tiene un espíritu constructivo, acorde con la idiosincrasia de un pueblo que ha vivenciado las consecuencias de un ataque nuclear, y por lo tanto, su forma de ser resulta siempre positiva.

Para nuestro punto de vista, el film parece algo ingenuo pero claramente nos deja una idea donde el positivismo siempre opera hacia delante y en consecuencia la posibilidad de logros se acrecienta. El film es claro, directo, y no tiene el menor atisbo de provocar discusión.

Su discurso se sintetiza en un “manos a las obras” que sin lugar a dudas manifiesta la actitud de un pueblo que más allá de los intereses personales tiene la capacidad de apreciar la convivencia sobre los intereses propios y personales. No necesita la masificación ni la protesta. No hay en la película un espíritu confrontativo. Tienen muy en claro que el bien común los beneficia a todos. 

Hablado en japonés y filmada color, con actores  y director desconocidos, el film es una pequeña obra de arte que con un argumento muy simple, y un grupo de actores desconocidos, nos deja pensando, ya no en la película sino más bien en nuestro propio futuro como sociedad y sobre todo, nuestro propio devenir. La película se destaca en los pequeños detalles, donde sale a la luz el eterno conflicto entre extender la ciudad o mantener lo que se tiene. La vieja dicotomía entre tradición y progreso.

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