EL TIEMPO SERA TIRANO
De la noche a la mañana, te
cambia la vida. Un examen médico y un resultado negativo. De repente, la
noticia te congela el alma. Lo das a conocer o te lo guardas como algo propio.
Se acerca tu esposa y dudas, Se lo digo o no lo digo. Depende mucho de cuan
cerrada es la persona.
Un nuevo film de amor, que
transcurre a lo largo de un solo día. La narración de esa jornada no es lineal, sino sujeta a una sucesión de
pantallazos que van describiendo ese día en las vidas de sus protagonistas retratando
y pintándolos tal como son.
John Crowley es un director
de cine británico que dirigió, algunos años atrás, precisamente en 2015, una espléndida película llamada Brooklyn, que
también atinaba a describir un día en la vida de una persona (una joven que comenzaba a transformarse en
mujer), narrando con un esquema de realismo concentrándose en la descripción de
ese personaje.
Esta nueva
película de dicho director plantea desde su inicio una situación trágica que
sufre una pareja. Tobías es un hombre joven al cual le han diagnosticado un
cáncer de características fatales. Él sabe lo que sufre, es plenamente
consciente de su enfermedad y destino, pero guarda la noticia como propia.
Almut es su
esposa, y cuando se entera del diagnóstico de su marido se siente desesperada.
No queda otra salida que asumir la realidad, luchar contra la enfermedad y
tratar de aceptar lo que ese destino depare.
La película comienza
dando a conocer su final. En consecuencia, su objetivo es narrar los
acontecimientos un día muy especial en su vida., el cual es el que conducen a ello. La cuestión
es como asume la noticia el propio enfermo y sobre todo, como se lo transmite a
su esposa y demás miembros de su familia.
Andrew Garfield y Florence Pughson
forman una pareja de actores que logran verosimilitud y en todo momento evitan el tono trágico que
encierra el film., logrando dar verosimilitud a sus personajes y en consecuencia al relato.
La estructura del
guion evita la tragedia que se avecina y se concentra en el factor sorpresa, aquello surge que impensadamente de un día para otro, y no da tiempo a asumir la
enfermedad dejando al enfermo en una situación de shock que lo aísla de la realidad.
En consecuencia,
el drama se transforma en la tragicomedia de un hombre en soledad. La
película oscila permanentemente entre
la tragedia y la comedia, dejando que la realidad transcurra en un segundo
plano que si bien existe logra ser ignorado.
Florence Pugh y sobre todo Andrew
Garfield hacen un gran trabajo. Tienen carisma, hay química en sus escenas de
amor, y transitan con fluidez tanto el drama como la comedia.
John Crowley vuelve a lucir su capacidad narrativa resolviendo una historia que comienza en drama y transforma en comedia, evitando en todo momento la risa fácil, concentrándose en las características del personaje, dando lugar a una comedia que dará que hablar.
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