viernes, 16 de octubre de 2015

EN LA CUERDA FLOJA (THE WALK) de Robert Zemeckis


EL TRIUNFO DE LA VOLUNTAD

Robert Zemeckis tiene una larga trayectoria cinematográfica realizada desde principios de los años ´70. Se lo conoce principalmente  como director, pero generalmente es también guionista y productor de sus films. Su cine se caracteriza por transitar la comedia y desde ella, reflexionar sobre el hombre de clase media americana.  Y mucho más que otros directores jóvenes, se plantea la necesidad de actualizar o desarrollar la innovación tecnológica, la que siempre ha usado en beneficio de las historias que en cada momento ha estado narrando. En la que nos ocupa, será el 3D, plenamente justificado.

El gran público lo conoce a partir del suceso de "Tras la Esmeralda Perdida, 1984", obviamente una gran comedia de aventuras con Michael Douglas y Kathleen Turner, ambos en el apogeo de sus carreras. Más tarde frecuentó el éxito masivo con la trilogía de "Volver al Futuro, 1985/89/90", la primera de las cuales ya es considerado un clásico del cine contemporáneo. En 1988 realiza "Quién Engañó a Roger Rabbit", un prodigio de utilización de dibujos animados superpuestos con actores reales, que ya había sido utilizado con anterioridad en una escena de "Mary Poppins" de la Disney, pero no como sistema narrativo completo de una película. En 1994 alcanza el pico de su carrera. Gana el Oscar como director y como productor de "Forrest Gump", una película emblemática sobre el gran sueño americano. Desde entonces ha realizado un film cada 2 o 3 años y no ha alcanzado éxitos masivos aunque ha mantenido las características de su cine. No obstante ello, "Naufrago, 2000"; "Polar Express, 2004"; ambas con Tom Hanks, y "El Vuelo, 2012", con Denzel Washington son muestras de su fluidez y madurez narrativa.

Esta semana se estrenó en Buenos Aires su última producción: "The Walk, 2015", aquí denominada "En La Cuerda Floja", donde Zemeckis nos narra una historia real, la vida de Philippe Petit, un francés que se ganaba la vida como malabarista en las plazas de Paris pero soñaba con ser equilibrista. Como toda gran empresa humana, las casualidades tienen mucho que ver. Un día cualquiera, Philippe , personificado por  Joseph Gordon-Levitt, conoce a Papá Rudy (el siempre correcto Ben Kingsley), un experto equilibrista que tiene un circo donde en uno de los actos camina por la cuerda. Papa Rudy es un maestro y estará dispuesto a transmitirle a su reciente discípulo todo lo que sabe.

Zemeckis trabaja el film en dos partes. Una inicial donde presenta a los personajes, narrando una típica comedia costumbrista sobre la vida bohemia de dos artistas callejeros en el Paris de posguerra, y  una segunda parte en la cual Philippe decide llevar a cabo su empresa, transformando la película en un gran film de suspenso.

"En la Cuerda floja" se resumen todos los grandes temas del cine de Zemeckis, emparentando a su personaje Philippe con Forrest Gump. Tal como Forrest, Philippe tiene una inocencia esencial. Alguien que no transita por la vida orientado por un objetivo sino, más bien, empujado por un sueño. En ese sentido, "En la Cuerda Floja" es una película sobre los sueños hechos realidad, es una metáfora sobre la voluntad inclaudicable del individuo para llevar a cabo lo que sueña, pero es también, un estudio de la naturaleza humana, aquella capaz de afrontar riesgos más allá de lo permitido, algo que estimula el carácter transgresor, capaz de colocar al individuo fuera del las leyes del hombre e incluso, desafiar el orden de la naturaleza.

Todo ocurre de repente. Estamos en 1974. Un día Philippe abre el diario y se entera que en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos de América, se están construyendo dos torres gemelas de 400 metros de altura. Su reacción es instantánea. Debe tender un cable y caminar entre ellas. Hacia allá vamos. Las dificultades de la empresa serán enormes, tanto materiales como legales. Pero la fuerza de la voluntad podrá con todo.

Historia de amor y sobretodo, de amor por la vida, del respeto por aquéllos maestros capaces de enseñar, de transmitir un conocimiento, un arte, una profesión, es la síntesis misma del triunfo del espíritu de la aventura humana, el sueño de sentirse pájaro. Y es también un gran homenaje a esas emblemáticas torres que la sinrazón humana destruyó una mañana de un 11 de setiembre de 2001, sembrando un terror que será inolvidable para todos aquéllos que lo hemos vivido. En esa toma final en que un atardecer soleado ilumina las  torres como si fuera un resplandor incinerador, paradójicamente, la película desnuda la contradicción humana, aquella capaz de construir maravillas, desarrollar sueños, y destruirlos con la misma facilidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario