domingo, 10 de septiembre de 2017

ATÓMIC BLONDE de David Leitch

HICE MI TRABAJO, A PESAR DE SU INCOMPETENCIA… YO TUVE ÉXITO DONDE USTED FRACASÓ… DESCUBRÍ A SU TRAIDOR… Y LE DI LA ÚNICA JUSTICIA QUE MERECIA… UNA BALA.

Proveniente de la novela gráfica The Coldest City de Anthony Johnston y con un muy buen guión  de Kurt Johnstad, narra una historia de espionaje en la cual  una agente británica del MI6, prácticamente la versión femenina de James Bond, debe recuperar una lista de agentes dobles, es decir, espías que trabajan para dos bandos.

La persona enviada para recuperar la lista es Lorraine Broughton, una experta en escapes y evasión. Especialista en inteligencia de datos, en el combate mano a mano, y diestra en el manejo de las armas. Magníficamente interpretada por Charlize Theron, la actriz y su magnetismo se apoderan de la película.

El film la presenta como una espía sensual y salvaje, dispuesta a todo para mantener viva su misión. Enviada a Berlín en 1989, un día antes de la caída del Muro de Berlín, debe rescatar al portador de una lista secreta de espías, para lo cual, debe asociarse con el jefe del contraespionaje en la Alemania, sin tener nunca la seguridad de ser apoyada o traicionada.

La ciudad esta está dividida por el muro que divide a Berlín en Este y Oeste. En el Este ejerce su influencia la Unión Soviética. Pero del otro lado, ejercen el control tres países aliados: Estados Unidos, Inglaterra y Francia. Los hechos son inminentes. La sublevación es imparable y el intenso tráfico que genera tanto el espionaje como el contraespionaje hace que todo se vuelva confuso. No solo existe una lista que complica a los espías sino también un mundo que se acaba, otro que comienza, y un montón de facturas por cobrar por ambos bandos. Algunos no están dispuestos a hacerse cargo. El agente británico James Gascoigne ha muerto. David Percival es el nuevo contacto en Berlín pero se desconfía de él. En realidad, no se puede confiar en nadie.  La dualidad es absoluta.

Ya ponderamos la actuación de la Theron.  Creemos, además, que este film la catapulta y la confirma plenamente como una nueva heroína del cine de acción, especialmente tras el éxito obtenido el año anterior con la nueva versión de Mad Max. Con ésta película, la Theron pasará a formar parte de un grupo de actrices legendarias que se han destacado por décadas en el cine de acción y suspenso dejando su huella, tal como la dejaron Marlene Dietrich, Bette Davis, Jane Fonda, Sigourney Weaver, Jodie Foster y Angelina Jolie. El cine de acción siempre ha tenido alguna heroína o alguna maldita que ha hecho historia. La labor de la Theron es superadora porque su personaje no solo carece de piedad sino que encarna la acción del lado de los supuestos buenos en un ámbito donde claramente se carece de inocentes.

El cine ha puesto de moda las remakes y secuelas. Aquí aparece un nuevo personaje con algunas reminiscencias e influencias. Las espías mujeres no abundan en el cine, pero Lorraine Broughton nos hace recordar a algunas heroínas. Está claro que Lorraine carece del glamour de la inolvidable Ilsa Lund que interpretara Ingrid Bergman en Casablanca. Pero si consideramos la cuidada estética de Atomic Blonde, vemos que utiliza una magnifica gama de grises entre el blanco y el negro homenajeando a grandes films de aquella época como El Hombre que Volvió del Frio. Pero en lo puramente esteticista, recuerda a Modesty Blaise (1966), la espía que compuso Monica Vitti de la mano de Joseph Losey que se volvió en un ícono pop en su época. El film generaba un modelo que se distinguía no solo por su liberalidad sino por su luminosidad. Modesty marcó una época con su color, corte de pelo, y su estilo de ropa. El diseño de Atomic Blonde copia estas ideas para crear una imagen iconográfica que lo remite al noir, al que al que lo actualiza y re estiliza en una gama de blancos y negros.  Un notable trabajo de ambientación. En lo temático y en lo violento aparecen otros films más recientes como las obras de Luc Besson: Nikita y Lucy, y el  film de Angelina Jolie, Salt en 2010. Resulta una película que en su factura excede largamente su pretensión de mero entretenimiento.

El film es prácticamente una ópera prima del actor, stunt y ahora director David Leitch cuya experiencia en la dirección cinematográfica se limitaba a la dirección de algunas escenas de John Wick, deja en claro que su larga experiencia en el cine de acción no ha sido en vano. Leicht tiene varios aciertos como filmar las escenas de acción en medio plano dando una gran fisicidad a todo la película remarcándola como una autentica pieza de los films de superación. Pero también es destacable el ritmo pausado que deliberadamente genera en las escenas del interrogatorio a Lorraine por parte de sus jefes del MI6 para construir cinematográficamente la columna vertebral del relato. Este interrogatorio es el tiempo presente del mismo, mientras que la verdadera acción no es otra cosa que las respuestas de Lorraine sobre lo sucedido que ahora es investigado para cerrar el caso.

Debemos dejar en claro que, además, parte de los méritos de la labor de Leitch se respaldan en el excelente guión de Kurt Johnstad, una obrita de ingeniería literaria que no solo acierta en del desarrollo de las acciones sino que acierta y luce especialmente en el interrogatorio a la que es sometida la protagonista, donde la excelencia y la brillantez de diálogos punzantes y llenos de réplicas inteligentes dan una idea cabal del mundo dual que se vivía en aquella época y de las dificultades de mantener relaciones diplomáticas formales sin caer en el cinismo del espionaje.

James Mc Avoy, John Goodman, Toby Jones, Eddie Marsan completan el excelente elenco. La banda sonora es impecable y contiene grandes temas de los ochenta donde no faltan David Bowie, Queen y Depeche Mode.

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