LA ESPERA Y LA NADA
Lucrecia Martel tuvo que esperar muchos años para concretar este proyecto. Tuvo dificultades de todo tipo. Finalmente logró reunir una cantidad importante de productores y logró darse el gusto de adaptar y filmar el libro de Antonio di Benedetto.
Lamentablemente, un conjunto de buenas actuaciones, una fotografía estupenda, temas musicales bien elegidos, un buen libro no logran cuajar y son desaprovechadas por la directora que a toda costa desea darse un gusto personal logrando solo una película que se hace insoportablemente lenta y larga para llegar a una conclusión que pareciera cantada desde el principio mismo del film.
Cuando un film argentino muy esperado y seleccionado para
representarnos en los premios Oscar y Goya comienza con la sala medio vacía a
35 pesos la entrada, termina sin aplausos y la opinión de una columna especializada como la de Otros
Cines está dividida, creo que estamos en dificultades como industria. Y no
deberíamos olvidar que la cinematografía y la televisión son industrias del
futuro.
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