sábado, 16 de abril de 2022

C´MON, C´MON de Mike Mills

EL TÍO JOHNNY

El cineasta norteamericano Mike Mills tiene en su haber tres películas realizadas durante una década y media. Su ópera prima fue THUMBSUCKER (2005), cuyo tema fue la angustia adolescentes. Su segundo trabajo se denominó PRINCIPIANTES (2010), constituyendo un homenaje a su padre. Y su tercera obra, MUJERES DEL SIGLO XX (2016) se basó en la experiencia de su madre durante su infancia. Las tres obras tienen una impronta documental aunque son obras de ficción. En esta misma línea encara su cuarta obra actualmente en cartelera. 

En C´Mon… Johnny es un periodista de radio que hace exteriores, viaja por todo el país, y entrevista a niños entre 6 y 12 años preguntándoles acerca de su mundo y el futuro. La enfermedad de su cuñado, obliga a su hermana a acompañarlo a una internación hospitalaria, atender  a su marido y dejar en manos del periodista el hacerse cargo de cuidar a su sobrino Jesse de 7 años. Esta situación cambiará la vida de Johnny acercándolo a una nueva experiencia. Los niños dejaran de ser los entrevistados. Ahora deberá involucrarse en el mundo real de su sobrino abandonado poniendo en juego sus propias emociones.

El film, en blanco y negro, pretende dar una impronta testimonial. Al ver y escuchar las entrevistas de Johnny, el director nos descubre  una visión esperanzadora del futuro. Las respuestas de los niños suenan reales, dando una sensación de documental.

Pero la experiencia personal se impone sobre la cruda realidad. Johnny deberá hacerse cargo temporalmente de su sobrino. Consecuencia de ello. Tío y sobrino emprenderán una aventura conjunta, llevando las circunstancias, donde la vida del periodista nos lleva de ciudad en ciudad.

El film se transforma en una “road movie”, donde sus dos protagonistas caminan y conversan por las ciudades, a raíz de lo cual, Jesse comienza a sentir la existencia de una figura paterna hasta ahora ausente, y Johnny, un hombre soltero, ejercita la paternidad como una experiencia de vida real, totalmente opuesto a la virtualidad de su trabajo entrevistando niños en la radio. Por otro lado, Jesse también rencuentra la relación afectiva con su hermana, de la cual se había alejado por aquellas cosas propias de sus vidas.

La película comienza a estirarse con el estereotipo del niño abandonado y rescatado por su Tío, quien trata de cumplir no solo con su trabajo sino también con su sobrino, quien, realiza visitas a una serie de ciudades que van desde Detroit a New York City, y desde allí a Los Ángeles, para luego ir a  New Orleans. Todo con el niño a cuestas, la película se torna monótona, reiterativa y pierde credibilidad. Y ello ocupa la mayor parte de la película.

La fotografía de Robbie Ryan en blanco y negro realza tanto la soledad de los tres protagonistas como la carencia de afecto y emoción que hacen sentir las grandes ciudades. Jesse y su sobrino deambulan por calles y avenidas donde el contacto humano es escaso y las llamadas por teléfono a su hermana para poder hacer realidad la relación madre / hijo, no hacen otra cosa que recalcar el frio de la soledad y la distancia que se acentúa en las grandes ciudades.

En síntesis, se trata de una película sobre la figura del padre ausente, la necesidad de establecer un equilibrio entre la sobre protección y el abandono, los errores que se cometen como padres y muchas veces, la falta de cariño hacia sus hijos. El film también nos dice que el niño no es ajeno a la realidad, sino que participa de ella y la entiende a su manera de acuerdo a su grado de desarrollo. En ese marco, explora y se encuentra a sí mismo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario