Ahmed es un niño adolescente, que practica la religión musulmana. Vive
en un pueblo pequeño de Bélgica. El Imán Youssouf lo introduce en materia
religiosa. Pero hay un problema. Su imán es políticamente un radical, y en
consecuencia, está inculcando a Ahmed ideas violentas. Consciente de la juventud y maleabilidad del niño,
lo está transformando en un fanático religioso capaz de morir por una causa.
Sin un padre en el hogar,
Ahmed recibe de su Imán pura ideología, lo cual lo ciega y arrincona,
transformándolo en un adolescente cuestionador y violento, incluso con sus
familiares directos. Por ejemplo, reprende a su madre por beber vino y no usar
hiyab. De la noche a la mañana comienza a actuar como el dueño de la verdad, e
intenta ejecutar justicia de carácter divino.
Ahmed (Idir Ben Addi), guiado
por su imán se vuelve cada vez más estricto en sus prácticas religiosas, lo que
lo ubica en desacuerdo con las costumbres más abiertas de su escuela e incluso
de su propia familia. Cuando Ahmed decide llevar a la acción sus pensamientos
radicales, termina internado en un centro de detención / rehabilitación para
jóvenes. En ese lugar se desarrolla la mayor parte de la los 84 minutos que
duración que tiene esta película, donde Ahmed continúa su lucha para encontrar
su camino entre sus principios estrictos y su adaptación a un mundo moderno.
En el centro de menores, Ahmed
es tratado con respeto por su asistente social, psicólogo y maestros, pero el personaje
nunca exhibe muestras de arrepentimiento del mal hecho. Tampoco se llega a
saber si el personaje está dispuesto a
cambiar o si está planeando en silencio otro atropello. Como parte de su
rehabilitación, lo envían a una granja donde se hace amigo de Louise, la joven
hija del granjero, pero ni siquiera un beso de ella despierta en él un
sentimiento.
El joven actor Idir Ben Addi interpreta
a Ahmed, un niño de 13 años con anteojos
y aspecto de estudioso, que muestra una devoción inusual para un niño de su
edad que adhiere repentinamente a un fundamentalismo religioso al que se entrega
en cuerpo y alma. No obstante, la película no es un ataque al Islam, sino una afirmación
de que cualquier idea que se considere a sí misma como la única creencia
verdadera es la antítesis de ideales de la tolerancia y libertad religiosa.
El director Jean-Pierre
Dardenne dijo: "Los fanáticos no escuchan al mundo exterior; construyen un
muro entre ellos y el mundo. Su único objetivo es que los demás sean como
ellos, sin importar costos".
El film carece de una trama, de
una estructura clásica que le permita llegar a un objetivo claro. Intenta el
estudio de personajes, pero el personaje principal es demasiado plano, poco
realista. La película intenta desarrollar la idea de aceptar a las personas como
son, incluso aquellas que sean violentas y hayan intentado lastimar. Deja
entrever que siempre existe una posibilidad de cambio.
Esta última realización de los
Dardenne fue galardonada en el Festival de Cannes de 2019 con el premio a la
mejor dirección. Está lejos de ser una de sus mejores obras. Es reiterativa y
por momentos vaga sin encontrar su rumbo. No obstante, es una obra claramente crítica sobre los
fundamentalismos, tratando de exponer, en este caso, las consecuencias de la
agresividad de las ideas cuando el sujeto se fanatiza en función de su Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario