UN FASCINANTE “TU Y YO”
El film se concentra en una
relación casi imposible que nace y se desarrolla con total casualidad y gran
intensidad, cuestión que no solo encuentra su asidero en el excelente guion del
propio director sino también en su exacta puesta en escena que permite un
desarrollo ameno y claro de los acontecimientos que narra.
La película aborda las
relaciones entre una joven intelectual y un experimentado y maduro hombre político
que se transforman en una pareja despareja en la que poco tiene que ver con el
amor sino con la política. Él es un alcalde sesentón que está llegando al fin
de su carrera pública que encuentra casi casualmente a una veinteañera recién
recibida en ciencias políticas, una
mujer en la que no solo puede confiar sino también una consejera política que
se hace escuchar y lo obliga a reflexionar.
El ritmo de comedia fluye con absoluta
naturalidad apoyado en las grandes actuaciones de la pareja protagónica, sino
también por la capacidad de Parisier (guionista y director del film) de poner
en escena una comedia que no da lugar al romanticismo aunque juega con ello,
generando una pareja que atrae el interés por todo lo contrario, ello es, su
intelectualidad.
El resultado es óptimo. El film es una de las mejores películas mostradas
durante el presente año. Se trata de una obra muy inteligente que siempre
resulta entretenida aunque su desarrollo sea más bien pasivo que activo, toda
vez que el mismo se concentra en una serie de estupendos encuentros y diálogos.
Aquí no hay gato ni ratón. Tampoco aparece una joven doncella en búsqueda de su
príncipe azul. Por el contrario, el film transita solo el camino de la inteligencia.
El intelecto y la experiencia resulta la fuerza de atracción del uno hacia el
otro.
Fabrizio Luchini y Anais Demoustier más allá
de la complicidad que desarrollan, mezclan
la política con la filosofía, la comunicación con el arte, la tradición
con la amistad, logrando que la comedia cobre vuelo por sí misma y se
transforme en un entretenimiento de notable características, sin recurrir siquiera a temas sensacionalistas o
escandalosos como el crimen, el sexo o la corrupción.
Quizás el enfoque relajado y
ligeramente humorístico, el guión escrito por el propio Nicolas Pariser (quien
también es el director de la película) alcanza con mayor eficacia aspectos de
la corrupción sistémica más profunda de la maquinaria política francesa.
La película no solo resulta
divertida, sino inteligente, ingeniosa e inquietante en su mirada a las tensas
relaciones que plantea, más allá de las incompatibilidades existentes entre
política y filosofía, o sea, entre la práctica y la teoría. Ganadora del Europa
Cinemas Label Award en la sección Quincena de Realizadores de Cannes 2019, aunque tardíamente estrenada, Alicia y el Alcalde resulta una muestra notable del
cine francés: es cine en estado puro, entretenido y hasta fascinante.
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