miércoles, 20 de julio de 2022

ELVIS de Baz Luhrmann

UNA BIOPIC MÁS

Filmada con absoluta pulcritud formal, esta película de Luhrmann no agrega nada a lo que ya conocemos y hemos visto de este artista idolatrado en los Estados Unidos. Elvis, por Elvis Presley, es una película más sobre la vida de este cantante americano, ídolo de multitudes durante los ‘50 y ´60, y que perdió su vida tempranamente a causa de una enfermedad constituyéndose no solo en uno de los padres del rock and roll, sino en una leyenda americana.

Luhrmann evoca la vida del artista a través de las canciones lo cual transforma a la película en una especie de long play o recital en vivo que sigue cronológicamente la carrera del artista, obviamente respaldado en una producción realizada a todo lujo en la cual destaca la actuación de Austin Butler en el rol del cantante, y en un rol secundario, Tom Hanks haciendo el papel de su manager, el Colonel Tom Parker.

El film resulta entretenido. No obstante, lo que más molesta en la película es la chatura con que se enfoca la vida de este ídolo de la música moderna. La idea de Luhrmann pareciera querer generar una vorágine concéntrica cuyo objetivo es permitir observar como la vida del cantante es jaqueada por sus cuatro costados de manera tal de no permitirle ir más allá de lo conveniente a sus managers y en menor medida sus familiares más cercanos, en un ahogo que lo deja solo, lo abandona frente a la masa fanática que lo sigue y simultáneamente, lo transforma en ídolo.

Presley sufrió una especie de falta de contención por parte de su círculo. Me refiero a su familia en primer lugar que no supo contenerlo de la locura fanática que generaban sus actuaciones, en aquella época siempre en vivo, que lo obligaba a verdaderas cabalgatas. Pero tampoco lo supo contener su descubridor y posteriormente manager cuya mayor dedicación era contratarle la mayor cantidad  de eventos posibles sin cuidar absolutamente ni su imagen y mucho menos su salud.

Este último tema es una cuestión aparte. Su salud era precaria y la falta de descanso necesario era ignorada tanto por su familia, como también por su manager y su productora discográfica. Todo en su vida sucedió rápido. Elvis no solo se transformó de la noche a la mañana en un ídolo popular sino también en una máquina de facturar que lo mimaba monetariamente, a la vez que transformaba en millonarios todo a su alrededor: padres, manager y sello discográfico.

La actuación de Austin Butler como el rey del Rock and Roll es notable. Luhrman no le quita la cámara de encima y lo transforma en una figura absolutamente monolítica en el film. El actor se convierte en Elvis simplemente con sus gestos y bailes. Su actuación es brillante! La película, como ya hemos dicho, se deja ver. Pero como film, lamentablemente no brilla. Es cosa ya vista. Un long play ilustrado y entretenido.

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