UNA BIOPIC MÁS
Filmada con absoluta pulcritud formal, esta película de
Luhrmann no agrega nada a lo que ya conocemos y hemos visto de este artista idolatrado
en los Estados Unidos. Elvis, por Elvis Presley, es una película más sobre la
vida de este cantante americano, ídolo de multitudes durante los ‘50 y ´60, y
que perdió su vida tempranamente a causa de una enfermedad constituyéndose no solo en uno de los padres del rock
and roll, sino en una leyenda americana.
Luhrmann evoca la vida del artista a través de las
canciones lo cual transforma a la película en una especie de long play o
recital en vivo que sigue cronológicamente la carrera del artista, obviamente
respaldado en una producción realizada a todo lujo en la cual destaca la
actuación de Austin Butler en el rol del cantante, y en un rol secundario, Tom
Hanks haciendo el papel de su manager, el Colonel Tom Parker.
El film resulta entretenido. No obstante, lo que más
molesta en la película es la chatura con que se enfoca la vida de este ídolo de
la música moderna. La idea de Luhrmann pareciera querer generar una vorágine
concéntrica cuyo objetivo es permitir observar como la vida del cantante es jaqueada
por sus cuatro costados de manera tal de no permitirle ir más allá de lo conveniente
a sus managers y en menor medida sus familiares más cercanos, en un ahogo que
lo deja solo, lo abandona frente a la masa fanática que lo sigue y simultáneamente,
lo transforma en ídolo.
Presley sufrió una especie de falta de contención por
parte de su círculo. Me refiero a su familia en primer lugar que no supo
contenerlo de la locura fanática que generaban sus actuaciones, en aquella
época siempre en vivo, que lo obligaba a verdaderas cabalgatas. Pero tampoco lo
supo contener su descubridor y posteriormente manager cuya mayor dedicación era
contratarle la mayor cantidad de eventos
posibles sin cuidar absolutamente ni su imagen y mucho menos su salud.
Este último tema es una cuestión aparte. Su salud era
precaria y la falta de descanso necesario era ignorada tanto por su familia, como
también por su manager y su productora discográfica. Todo en su vida sucedió
rápido. Elvis no solo se transformó de la noche a la mañana en un ídolo popular
sino también en una máquina de facturar que lo mimaba monetariamente, a la vez
que transformaba en millonarios todo a su alrededor: padres, manager y sello
discográfico.
La actuación de
Austin Butler como el rey del Rock and Roll es notable. Luhrman no le quita la
cámara de encima y lo transforma en una figura absolutamente monolítica en el
film. El actor se convierte en Elvis simplemente con sus gestos y bailes. Su actuación es brillante! La película, como ya hemos dicho, se deja ver.
Pero como film, lamentablemente no brilla. Es cosa ya vista. Un long play
ilustrado y entretenido.
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