“Mis
subproletarios viven aún en la antigua prehistoria, en la verdadera
prehistoria, mientras que el mundo burgués, el mundo de la tecnología,
el mundo
neocapitalista, se encamina hacia una nueva prehistoria”. PPP.
Auspiciada por la Cinemateca Italiana, el año pasado se produjo un hecho poco frecuente, la restauración de Mamma Rosa, una película emblemática de Pier Paolo Pasolini, uno de los realizadores más talentosos que registra la historia del cine italiano originalmente estrenada en 1962. Consecuencia de ello, en la actual cartelera de cines, podemos ver su reposición en un estado de copia óptima del original, de lo cual, lo más importante es que no registra ninguna cicatriz de la nefasta censura de aquella época.
Mamma Roma relata un momento en la vida
de una prostituta. Ella tiene un hijo entrando en la adolescencia y sueña con el
bienestar pequeño-burgués que se ha
generado en Italia después de la posguerra. El film transcurre a principios de
los años ´60, en un barrio marginal en la afueras de Roma donde la protagonista,
una ex prostituta, trabaja en un puesto del mercado de frutas. Ha tenido un hijo,
Héctor, del cual desconoce al padre, un muchacho apocado al que le cuesta hacer
amigos. Cuando crece y se vuelve adolescente, conoce a Bruna, se enamora de
ella, y descubre el amor. Pero no es correspondido.
Desde la escena inicial se intuye estar frente a una
tragedia moderna aunque el film comienza con una fiesta de casamiento. Pero no
todo es lo que parece. El retorno a casa después de la fiesta, en medio de la
oscuridad, deja intuir que el evento no solo ha terminado sino lo difícil que
es volver a la realidad. El camino a casa no solo representa la falta de
dialogo entre madre e hijo, sino también la lejanía que hay entre ellos. Ella
es una mujer cuarentona y su hijo apenas comienza su adolescencia.
Pasolini maneja su guion con una naturalidad como si describiera
y repasara su propia vida. Comienza a
mostrar a esos dos sobrevivientes (madre e hijo) revelando que si bien la
guerra ha terminado hace más de 15 años, todo ese bienestar de posguerra que
significó la restauración italiana, nunca alcanzó para sacar totalmente al
pueblo de la pobreza que había generado aquella guerra.
El film se concentra en esos dos personajes que quieren
pertenecer e integrarse a una sociedad, pero no pueden. Su incapacidad de pertenecer
es manifiesta. Pasolini, un hombre de la izquierda italiana, observa a sus
personajes sin posibilidad de salida.
La madre, Mamma Rosa (una actuación inolvidable de Anna
Magnani, es una mujer combativa, de la que siempre ponen el cuerpo (no
casualmente ha trabajado de prostituta), y de hecho busca ciegamente una
oportunidad. Pero Ettore (Ettore Garofalo) es un tierno, un muchacho apocado al
que le cuesta relacionarse. En la villa (miseria) que viven apenas se comunican
con los demás, y cuando lo intentan, la mayoría de las veces es rechazado.
Por otro lado, los estigmas marcan a las personas, las
inmoviliza y aísla. A Ettore le atrae la calle, y se enamora de una joven
prostituta tal como ha sido su madre. La ciudad de Roma se ve como una prisión. Amurallada por
edificios de apartamentos, cuyos arcos de entrada la hacen ver más antigua de
lo que es. Ettore vive su vida entre esas ruinas olvidadas que quizás presagian
su propio futuro. De ello no puede culpar a Mama Roma, que de hecho, siempre es
proactiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario