miércoles, 22 de marzo de 2023

1976 de Manuela Martelli

SILENCIO Y OSCURIDAD

Corre el año de 1976. Las democracias de Argentina y Chile han caído bajo dictaduras militares que han generado miedo, persecución, encierro, y muerte.

El film de Martelli no hace un discurso político pero si describe con suma inteligencia el momento vivido. La película habla del “eso no se dice” logrando transmitir a la audiencia esa cerrazón de boca, esa angustia  que genera la falta de libertad de expresión, de la situación de sospecha permanente, del saber que está sucediendo algo grave pero mejor “no meterse”. Un país en crisis. Una mujer con sentido común se da cuenta de la situación.

La película se sostiene en dos aspectos claves: un guion excelente y en una actuación maravillosa de la chilena Alina Kuppenheim. Su naturalidad es total.

El guion firmado por la propia directora está escrito con suma pulcritud. Prácticamente es un monologo que alude a un momento donde la realidad se manifiesta a través de la violencia. Un tiroteo en la calle que la sorprende mientras hace compras, lo cual comienza a generar en ella el “darse cuenta” de una situación que tiene que ver con el “de eso no se habla.”

Filmada en base a primeros planos, prácticamente un monologo del personaje central que vive en una situación de inocencia e incredulidad sobre lo que está pasando no solo a su alrededor sino también en la situación política del país, la realidad encuentra un clima de violencia extrema en la que la desaparición de personas se vuelve moneda corriente.

Hay un gran trabajo de fotografía y montaje que permite darle al film un ritmo pausado pero siempre significativo que describe la toma de conciencia de una mujer madura, en una intriga hitchcokiana que hace recordar a La Ventana Indiscreta.

Muy bien resuelta, sobre todo en lo concerniente al clima de opresión personal del personaje, donde rápidamente, aparecen titulares de los diarios y televisión en blanco y negro nos permite situarnos en aquellos duros años de mediados de los ´70. El país está en una crisis difícil de resolver y los secuestros y las desapariciones se repiten de todos los días.

Considerando que es la opera prima de la directora chilena, el film no solo interesa como obra de un revisionismo de época, sino por la descripción de un personaje que sale de un estado de total inocencia  no solo de una situación política sino de la verdadera pesadilla que significaba la dictadura chilena.

El gran trabajo de actuación de Aline Kuppenheim, y la recreación de la atmosfera encerrada por una dictadura totalmente alejada de la democracia y la libertad del individuo, hacen que este film resulte una gran sorpresa cuyo interés no solo radica en lo político sino en la acertada descripción de una ama de casa cuya vida parece transcurrir plácidamente, donde la realidad la obliga a pasar a la acción. 


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