miércoles, 8 de marzo de 2023

LOS ESPIRTUS DE LA ISLA de Martin Mc Donagh

 LA VIDA Y EL DESTINO

En carrera hacia el premio Oscar 2023, con antecedentes interesantes  tales como Escondidos en Brujas en 2008), y Tres Anuncios para un Crimen en 2017, esta película británica del director irlandés Martin Mc Donagh, suena como firme candidata en la carrera de los premios Oscar. Interpretada por el joven Collin Farrel y el veterano Brendan Gleeson narra una historia simple sobre la amistad y el amor a la tierra, a la vez, de la imperiosa necesidad de aceptar los cambios de época e incluso, abandonar el terruño.

Dos amigos dejan de hablarse. Son vecinos. Uno joven y otro viejo. El film narra sus vidas en una aldea de principios del siglo XX en una región campesina de Irlanda. Los protagonistas llegan a un punto de intersección donde saben que inexorablemente sus destinos se separarán debido al paso del tiempo, el cambio de las costumbres, la tierra que se vuelve yerma, y encima pone a prueba a sus habitantes. El cariño por el lugar que nos vio nacer no basta. A veces, marca la necesidad de emigrar.

El viejo deja de saludar al joven como indicando que la situación no da para más. La esperanza de vida disminuye, los recursos escasean, y el abandono de la tierra se vuelve una necesidad para iniciar la búsqueda de un nuevo destino. El joven sabe que debe irse. Pero le cuesta, no se anima.

Parábola sobre la vida, narrada en el tiempo justo, sin prisa pero sin pausa, el film del director inglés se transforma en una joyita, una notable reflexión sobre la vida, el paso del tiempo, la necesidad de crecer, de conocer otros horizontes, la obligación de tomar decisiones: irse para probar suerte, y poder encontrar una nueva vida.

Contada con simpleza, los dos protagonistas toman distancia, y se miran de reojo durante gran parte de la película. Ambos son conscientes de su destino. El viejo sabe que tuvo la oportunidad, hizo su vida, y solo le queda la satisfacción de ser un buen hombre. Hizo lo justo, crio sus hijos, trabajó su tierra, cumplió con su destino. El joven es trabajador, intuye que vive otros tiempos. Sabe que debe irse, tomar otro camino, crecer y encontrar su propio destino. Se avecina una época diferente.

Los aciertos del  guionista y director son varios, uno de ellos es la simpleza de su relato y la austeridad de la puesta en escena. El film se llena de miradas expresivas que preanuncian un destino que inexorablemente cambiará el estado de las cosas.

La gran puesta en escena tiene mucho que ver con las notables actuaciones de sus dos actores principales,  ambos contenidos donde importa menos lo que hacen que lo que expresan. La escena final los encuentra juntos, mirando hacia delante. Sus miradas perdidas en el horizonte lo dicen todo. La necesidad de crecer, de vivir, de ganarse la vida, llegar a ser alguien.

El trabajo de cámara es también muy importante porque marca el ritmo justo, tanto las pausas como la acción que lleva hacia delante. Expresa permanentemente un devenir. El tiempo pasa, no para y suceden cosas. Es el retrato de la vida misma.

Film personal, muy propio del director, es un relato manejado con cierto estilo del absurdo que enfatiza en la relación de dos vecinos, donde uno de ellos comienza a evitar al otro, sin ninguna causa aparente, donde el silencio mismo mostrará una situación que ya no va más, volviendo imperiosa esa necesidad de cambio, silenciosamente, posiblemente por ese temor.

La edad de los dos protagonista marca también una diferencia notable indicando que el más viejo intuye un cambio de época que marca una necesidad, la de dejar el terruño y buscar un nuevo horizonte. El más joven todavía no entiende lo que pasa. Pero el film, inteligentemente, se queda en la mirada hacia el futuro de los dos protagonistas dejando que el espectador saque sus propias conclusiones.

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