sábado, 24 de noviembre de 2018

VIUDAS de Steve Mc Queen


UN POLICIAL GRIS

Steve Mc Queen es un escritor y director inglés nacido en Londres. Está próximo a cumplir los 50 años, tiene una larga trayectoria en el cortometraje y hasta aquí había transitado un cine independiente, en el que se había expresado a través de diferentes géneros: el drama político carcelario en Hunger (2008), la compleja relación de dos hermanos (un hombre y una mujer)    inmigrantes en Estados Unidos, en Shame (2011), el secuestro y la venta de un hombre libre de raza negra en la Nueva York previa a la guerra de Secesión en 12 Años de Esclavitud (2013). Ahora regresa a las pantallas con su cuarto largometraje: Viudas, una comedia de acción que rompe el sello dramático de su cine anterior.

Vista superficialmente, Viudas es un policial negro. Pero también tiene rasgos de comedia, de policial disparatado al estilo Foul Play (1978), o Lethal Wheapon (1987), e incluso, yendo más lejos en el tiempo, una impronta neorrealista que hace recordar a Los Desconocidos de Siempre (1958) de Mario Monicelli. En consecuencia, el film resulta todo lo contario de lo que vemos en la primera escena. En realidad estamos ante un drama de mujeres viudas girando en un marco de violencia donde la suciedad de la política lo envuelve y degenera todo, y en consecuencia, el ritmo de tragicomedia termina imponiéndose.

No obstante ello, vista como una película de acción, tiene escenas muy bien filmadas dentro del vértigo que caracteriza al cine de acción moderno, rítmico, seco, contundente. Hay escenas que remiten a la mejor escuela de Michael Mann, aquel de Heat. Y también, a la más actual que ha mostrado Christian Gudegast en su notable film El Robo Perfecto.
En esta indefinición de géneros, Mc Queen, que es un excelente guionista y un muy buen director, cae en su propia trampa. Vista escena por escena, encontramos un film valioso. Pero pareciera que en la sala de montaje alguien quiso acelerar los tiempos, dio paso a los cambios sucesivos de registro, y la película se volvió pesada e indefinida disolviendo, por un lado, todo su eje dramático, y por el otro, dejando sin sustento su aspecto cómico, e impidiendo el balance necesario para el desarrollo tragicómico que tal vez haya sido el objetivo original del director.

Ambientada en Chicago donde la mafia del alcohol y el juego ha desaparecido pero ahora parece haber conseguido una nueva fuente de financiación que se maneja a través del robo de camiones de caudales, y si, por otra parte, consideramos su excelente elenco donde rescatamos estrellas actuales como Viola Davis y Michelle Rodriguez, acompañada de algunos señores con más larga trayectoria como Robert Duvall, Liam Neeson y Colin Farrell, llegamos a la conclusión que la película deja verse, incluso entretiene, pero queda en deuda con su propio director, un hombre que había generado expectativas importantes y que ahora parece ser asimilado por la maquinaria de Hollywood para hacer películas multirraciales con mensajes tranquilizadores de conciencia. No es poco… pero tampoco es mucho.

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