jueves, 18 de enero de 2024

ROSE de Aurélie Saada

UNA VIDA NUEVA

Rose está de cumpleaños. Este es el número 78. Todo es jolgorio a su alrededor. Pero pocos minutos más tarde, terminará la fiesta, su familia la acompañará s soplar las velitas y todo habrá terminado. Su vida volverá a su curso normal, al orden de cada día, a la rutina acostumbrada.

Pero esta vez no será igual. Ya todos sus hijos han crecido y la han hecho abuela. Sus nietos también se han hechos grandes, y ella comienza a inquietarse, a preguntarse porque no innovar , hacer algo diferente que esperar la muerte, disfrutar de las pequeñas cosas de todos los días, simplemente algo, salir de la rutina, tratar de encontrar el placer de estar viva.

La actitud de Rose es la del cambio. Ella ha decidido creer en sí misma, no depender tanto de su familia, y darse pequeños gustos. La oportunidad, estará a la vuelta de la esquina.

El film es un dechado de optimismo. La actuación de Francois Sagan en el papel principal, aporta la ductilidad necesaria que hace recordar a su papel consagratorio de unos 50 años atrás cuando protagonizó  “Mi Noche con Maud” en 1969, dirigida por Claude Lelouch, con Jean Louis Trintignant

No obstante, reconozcamos que a Sagan la vida vuelve a sonreírle después de tantos años, obviamente por méritos propios, aprovechando un guion que parece haber sido para ella, en el retrato de una mujer mayor en el transcurso diario del día a día, donde ponemos la brújula hacia el norte para no perdernos, y tratamos de disfrutar de la vida sin molestar a nadie. El film resulta un vehículo ideal para su lucimiento personal en una época donde no ser joven te deja fuera de interés.

A los 78 años de edad, el personaje se queda solo a causa de su viudez, sus hijos se han hecho grandes, ya son padres y la han hecho abuela. Ella percibe que, ahora viuda, tiene que volver a valerse sola, sin ayuda de nadie porque los demás en la familia están todos ocupados.

Hay un último factor que no parece importante, pero sin embargo juega un rol importante. Rose es una mujer de religión judía. Es la típica idishe mame, una mujer tenaz que nunca achica, que ve la vida positivamente y sabe que si ella no se ocupa de sí misma, nadie se terminará ocupando por ella.

“Rose” es un ser que destaca por su propio brillo levantando un mensaje de optimismo y buena fe de alguien que señala un camino, no para seguirlo, sino para señalar que siempre hay un camino y no dejarse sumir en la desesperanza de  la enfermedad y la vejez.   Además, es el debut de una guionista y realizadora que destaca positivamente en este, su primer trabajo de largometraje.

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