SOLO PARA FANÁTICOS
Michael Mann es un productor y director muy prolífico y
conocido. Su cine es contundente, ha transitado diversos géneros, pero sobre
todo se ha ubicado en las películas de acción, algunas de ellas han generado
historia. No obstante, su película más
famosa y ganadora de un Oscar es un drama (The Insider), interpretada por un Al
Pacino inolvidable en el papel de un periodista que descubre que empresas
tabacaleras incentivan el consumo de cigarrillos vía sustancias adictivas que generan un mayor
venta.
Ferrari, la película, está lejos en el tiempo y sobre
todo, de la denuncia social. Por el contrario, se trata de un gran homenaje a
un hombre, un italiano llamado Enzo Ferrari, que no solo fue capaz de levantar un emporio automovilístico, sino
también de crear un auto accesible para el trabajador de pequeños y medianos
ingresos.
No obstante, el Fiat 600 fue diseñado por Dante Giacosa, construido
y vendido transformándose en un éxito de ventas por la empresa italiana Fiat,
desde 1955 hasta 1969, que lo catapultó a
transformarse en el auto tipo para el trabajador, dada su pequeñez y
versatilidad que lo volvía inigualable en el trafico compulsivo de las grandes
ciudades italianas. El auto resultaba ágil en el tránsito pesado, y fácil de
estacionar por su reducido tamaño.
La película indaga principalmente en la
vida personal de Enzo Ferrari, pero
sobre todo, destaca su pasión por los autos, incluyendo algunos pasajes que
hubiera querido evitar como el accidente que tuvo en la Mille Miglia (la más
famosa carrera italiana) en 1957, que lo dejó económicamente en ruinas. Dicha
carrera se corría anualmente desde 1927 y que se abolió 30 años después a raíz
de un luctuoso accidente.
Queda claro en la película que la pasión de
Don Enzo era, más que diseñarlos y fabricarlos, disfrutarlos,
manejarlos y correrlos más allá de su éxito comercial. La fábrica fue
una consecuencia de una vida pasionaria.
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