Premiado con la Palma de Oro al mejor guión (compartido con
Lynne Ramsay por You Were Never Really Here) en mayo pasado durante el
desarrollo del Festival de Cannes, el guionista y director griego aparece en el
firmamento cinematográfico como uno de los más destacados directores jóvenes
del cine moderno.
Con 6 obras en su haber, la mayoría de ellas estrenadas en
Argentina en festivales o semanas de estrenos especiales, éste es su primer
estreno en salas comerciales. Estamos ante un autor, un guionista que generalmente
comparte sus guiones, y director de cine. Sus temas son contemporáneos y en su
mayoría se refieren a los problemas de la pareja y de la familia moderna.
Debo decir que la decepción ante esta primera película suya
fue grande. El film me pareció grandilocuente, afectado, carente de
espontaneidad, con cierta tendencia operística, una grandilocuencia que poco tiene
que ver con la historia que narra. Aunque por otro lado, debe reconocerse que
Lanthimos es un director exquisito, su fotógrafo Thimios Bakatakis sabe del manejo de cámaras, y maneja
espléndidamente la luz, el guión está bien escrito, y la actuación de los
interpretes principales: Colin Farrel y Nicole Kidman, como así también el
conjunto de adolescentes que los acompañan, son notables.
El problema principal es el lento ritmo impuesto por
Lanthimos a la narración que naufraga entre una mezcla de comedia familiar aderezada
con toques de suspenso y horror, con los que el director trata de describir,
por un lado, la precariedad de las relaciones que sostienen la actual familia
moderna, y por otro, el desarrollo de un complejo de culpa en el padre de
familia que arrastra al resto de la familia.
La crítica del cineasta griego se concentra en el
materialismo de la vida moderna. La familia del Dr. Stephen Murphy lo tiene
todo. Viven en un barrio de clase acomodada en Cincinnati, Ohio, Estados
Unidos. La casa donde habitan con sus dos hijos es amplia y moderna. Su mujer
Ana es también una profesional exitosa. Sus hijos concurren a escuelas caras y
parecen adolescentes normales. Pero todo ese bienestar no alcanza para lograr
la completa felicidad.
En el camino del Dr. Murphy se interpondrá un hecho
inesperado que lo colocará frente a la culpa. Un error profesional le provocará
un trauma que modificará su conducta, lo cual terminara afectando a toda la
familia.
El problema de Lanthimos, y por consecuencia del film, es
que con una mirada esencialmente humanista trata de observar comportamientos
sociales complejos de una sociedad que claramente no es la suya dando lugar a
comportamientos individuales que presentan soluciones que solo parecen tener sentido
en el plano de la abstracción, lejos de las leyes sociales establecidas pero
cercanas a leyes arcaicas como la ley del Talión.
En consecuencia, el film del griego, aparece como una obra
fría y pretenciosa, con claras intenciones morales y juzgatorias de toda una
sociedad (la americana) que no solo pone énfasis en el desarrollo de un
materialismo práctico sino que también es participe de la idea de que el fin
justifica los medios.
Esta mirada que describe el film no solo lo aleja de la
realidad social, sino que unida al encierro que propone en la propia casa del
protagonista, lejos está de provocar un mea culpa. Por el contrario, genera un
gran guignol de características operísticas que desinfla toda intención de
reflexión y análisis.
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