¡ENFERMA!
Esta es una comedia típicamente francesa. Está muy bien
construida, es entretenida y está muy bien actuada en su rol protagónico por
una actriz estupenda (Karin Viard). Pero, además, lo que la hace verdaderamente
interesante a este film es la fortaleza de un guión muy prolijamente redactado
y pleno de conocimiento sobre las diferentes tipologías de la celosía, obra de
los hermanos David y Stéphane Foenkinos, que también son directores del film.
Redactado con indudables conocimientos de psicología, indaga
en las diversas fobias de una mujer que acaba de divorciarse para realizar una
pintura precisa y a la vez graciosa. Los celos podrían ser definidos como la
aparición de sentimientos de inseguridad y angustia a raíz de la presencia de un
tercero extraño en medio de una relación entre dos, rompiendo la privacidad y
la intimidad de la pareja. En el fondo de la celosía aparece también un grave
problema de autoestima que se trata de descargar en un tercero.
Si bien lo primeros síntomas que presenta el personaje de
Nathalie están vinculados con su reciente divorcio, el destinatario de la ira
contenida es el mundo que la rodea: su hija en primer lugar, pero lejos de
detenerse allí, continua hacia el resto de su mundo exterior: sus alumnos, sus
compañeros de trabajo, el director del liceo donde da clase, sus nuevos
vecinos, sus amigos de toda la vida, y obviamente, su ex marido y su nueva pareja.
Lo interesante del caso es que esta especie de fobia
adquiere diferentes formas según sea la situación planteada. Todas sus reacciones
son, obviamente, negativas y de rechazo hacia cada una de sus relaciones. Su
agresividad es total, carece completamente de cualquier temor: sea hacer el ridículo,
provocar la ira de sus semejantes, hacer imposible la convivencia con su hija,
arruinarle las vacaciones a su ex marido, maltratar a sus vecinos. Toda maldad
es posible en forma inconsciente en el camino que transita el celoso, en este
caso Nathalie. Y cada una de esas reacciones está relacionada con su problema. Claramente,
los celos descontrolados son una enfermedad.
El film está lejos de ser un compendio de psicología, pero
se arma honestamente con estos conceptos desarrollando un personaje notable al
que Karin Viard lo dota de alma. El resto del elenco no solo acompaña sino que
consolida con sus actuaciones una puesta en escena que entretiene y atrapa por
la diversidad de situaciones que plantea manteniendo siempre el interés del
espectador.
Hacia el final, aparecen nuevos síntomas en el paciente.
Hay signos de menopausia en el personaje principal que atenúan su agresividad,
dejando entrever que la cuasi psicópata que pinta al principio no es más que la
intranquilidad de una mujer que ha entrado en el otoño de su vida. Una vuelta
de tuerca tranquilizadora para terminar un relato cuya protagonista principal
estaba más cerca de la Carrie de Sissy Spacek que de la Holly Golightly de Audrey
Hepburn en Muñequita de Lujo. Este final tranquilizador y complaciente es tal
vez el único punto flojo de esta buena comedia francesa estrenada esta semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario