martes, 18 de diciembre de 2018

ALGO CELOSA de David y Stéphane Foenkinos


¡ENFERMA!

Esta es una comedia típicamente francesa. Está muy bien construida, es entretenida y está muy bien actuada en su rol protagónico por una actriz estupenda (Karin Viard). Pero, además, lo que la hace verdaderamente interesante a este film es la fortaleza de un guión muy prolijamente redactado y pleno de conocimiento sobre las diferentes tipologías de la celosía, obra de los hermanos David y Stéphane Foenkinos, que también son directores del film.

Redactado con indudables conocimientos de psicología, indaga en las diversas fobias de una mujer que acaba de divorciarse para realizar una pintura precisa y a la vez graciosa. Los celos podrían ser definidos como la aparición de sentimientos de inseguridad y angustia a raíz de la presencia de un tercero extraño en medio de una relación entre dos, rompiendo la privacidad y la intimidad de la pareja. En el fondo de la celosía aparece también un grave problema de autoestima que se trata de descargar en un tercero.

Si bien lo primeros síntomas que presenta el personaje de Nathalie están vinculados con su reciente divorcio, el destinatario de la ira contenida es el mundo que la rodea: su hija en primer lugar, pero lejos de detenerse allí, continua hacia el resto de su mundo exterior: sus alumnos, sus compañeros de trabajo, el director del liceo donde da clase, sus nuevos vecinos, sus amigos de toda la vida, y obviamente, su ex marido y su nueva pareja.

Lo interesante del caso es que esta especie de fobia adquiere diferentes formas según sea la situación planteada. Todas sus reacciones son, obviamente, negativas y de rechazo hacia cada una de sus relaciones. Su agresividad es total, carece completamente de cualquier temor: sea hacer el ridículo, provocar la ira de sus semejantes, hacer imposible la convivencia con su hija, arruinarle las vacaciones a su ex marido, maltratar a sus vecinos. Toda maldad es posible en forma inconsciente en el camino que transita el celoso, en este caso Nathalie. Y cada una de esas reacciones está relacionada con su problema. Claramente, los celos descontrolados son una enfermedad.

El film está lejos de ser un compendio de psicología, pero se arma honestamente con estos conceptos desarrollando un personaje notable al que Karin Viard lo dota de alma. El resto del elenco no solo acompaña sino que consolida con sus actuaciones una puesta en escena que entretiene y atrapa por la diversidad de situaciones que plantea manteniendo siempre el interés del espectador.

Hacia el final, aparecen nuevos síntomas en el paciente. Hay signos de menopausia en el personaje principal que atenúan su agresividad, dejando entrever que la cuasi psicópata que pinta al principio no es más que la intranquilidad de una mujer que ha entrado en el otoño de su vida. Una vuelta de tuerca tranquilizadora para terminar un relato cuya protagonista principal estaba más cerca de la Carrie de Sissy Spacek que de la Holly Golightly de Audrey Hepburn en Muñequita de Lujo. Este final tranquilizador y complaciente es tal vez el único punto flojo de esta buena comedia francesa estrenada esta semana.

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