LA FUERZA DE LA VOLUNTAD
Basada en la vida del caricaturista John Callahan, Gus Van
Sant vuelve a los cines argentinos después de casi 10 años de ausencia tras el
estreno de Milk, aquella notable película que protagonizó Sean Penn sobre el
activista americano que luchó en favor de los derechos civiles de la comunidad
gay en los Estados Unidos.
Como en la mayor parte del cine de Van Sant, su personaje central
deberá luchar para poder sobrevivir. Es como si sus personajes estuvieran
siempre condenados a mantener una lucha constante, un esfuerzo por la adaptación
a un medio que parece serles siempre hostil y ajeno. Aparece allí un rasgo
esencial en su cine, la cuestión supervivencia que película tras película, parecería
transformarse en la piedra angular de su temática como autor.
Sus personajes son siempre luchadores, casi marginados que
buscan no solo adaptarse sino también ser aceptados. En No Te Preocupes… desde el inicio mismo,
conocemos la condición de John. Su personaje principal es un alcohólico que en
una noche de tragos sufre un accidente automovilístico que lo deja parapléjico.
Un largo flash back nos llevará a conocer como ha llegado a esta condición. Más
tarde, el film se concentrará en el duro camino de la recuperación que inicia
John. Sabe que nunca volverá a caminar. Pero sus sentimientos y vocaciones se
encuentran intactos. Se siente fuertemente atraído por el arte. Desde jovencito
ha incursionado por la caricatura. Siente que en ello está su futuro.
No obstante, sus primeros pasos son la aceptación de su
nueva la condición. Ha sobrevivido a un terrible accidente pero ha quedado
lisiado de por vida. Es entonces cuando decide comenzar a asistir a una reunión
de alcohólicos anónimos. En este caso, es un grupo cerrado liderado por Donny, un
joven rico y de condición gay que lo tiene todo en la vida pero que no ja
podido superar su adicción por el alcohol y que habiendo controlado su vicio,
ahora dirige grupos de auto ayuda. Donny es interpretado por un notable Jonah Hill
que se transforma en el mentor de la recuperación de John.
Por otra parte, John ha realizado caricaturas desde muy
joven. En ellas encuentra un motivo que le da sentido a su vida. John comienza
a enviar sus caricaturas a diversos medios. Sus dibujos son graciosos, a veces polémicos,
otras obscenos pero le están dando una oportunidad, le permiten encontrar un nuevo
sentido a su vida.
Por último el amor. Annu, interpretada por Rooney Mara, es
una azafata de la línea escandinava es el amor de John. Tienen una relación
discontinua dado la frecuencia de sus viajes pero duradera en el tiempo. Ellos
se aceptan tal cual son, responden a culturas diferentes y dado el trabajo que
realiza Annu, les es imposible estar siempre juntos. Pero es claro que no interesa
la cantidad sino la calidad de ese tiempo. Y es indudable que John encuentra en
Annu un factor de contención muy importante.
Es también interesante Dexter, el personaje que interpreta
ese gran actor que es Joe Black. Después del accidente, Dexter desaparece de la
película. Dexter manejaba el auto en aquel momento crítico. Hacia el final,
Dexter vuelve a aparecer. Durante su ausencia ha cargado con la culpa. La
relación entre ellos no se ha roto pero se ha distanciado. De grandes compañeros
de juerga ahora son apenas conocidos lejanos. La película encuentra en estos
personajes secundarios una profundidad que la distingue, que la separa de la clásica
película de género para encontrar la veta eminentemente humanista de un gran
director.
Película de autoayuda, simple, muy bien realizada,
entretenida, encuentra en Joaquín Phoenix al intérprete ideal que le da pie
para realizar una actuación que seguramente lo colocará en las nominaciones
para las estatuillas de los Oscars a distribuir en marzo próximo. En la calidad
del libro, en la sapiencia del director Gus Van Sant, y en las actuaciones de
todo el elenco, en su equilibrio, homogeneidad y talento, el film encuentra sin
duda otro sustento que lo eleva sobre la medianía del género.
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