UNA CUESTIÓN DE EGOS
Un empresario
que está llegando al fin de su vida tiene el propósito de auto homenajearse
produciendo una película. Para ello, contratará tres grandes estrellas, dos de
ellos, actores y una directora famosa dentro del circuito del cine de arte,
dándoles todo el dinero necesario para que hagan lo que verdaderamente quieran
hacer, y alcanzar un nivel de obra de arte.
Con mucho de comedia del absurdo, el film avanza sobre el
tema de los egos, los cuales aparecerán rápidamente y establecerán una lucha entre
ellos que se acerca mucho al sin sentido.
La producción de la película está resuelta porque el
millonario que quiere darse el gusto obviamente tiene el dinero. Rápidamente se
arma el equipo, y la obra se pone en marcha. Hay ideas y se discuten. El Yo
también está incluido. La cuestión de esa valoración de sí mismo es el corazón
de la película. Y cuando se valora incorrectamente al otro, nace el conflicto.
El tema del desarrollo artístico de una obra es
apasionante. El artista, durante el proceso creativo, saca lo mejor de su ser y
no descansa hasta lograrlo. Ello produce, en primer lugar, una lucha interna consigo
mismo. Una búsqueda que no da paz hasta lograr lo que se quiere. Es un tiempo
de exigencia pura. Más tarde, aparece la competencia y finalmente los celos
profesionales.
Cohn y Duprat siempre han trabajado juntos en sus proyectos
encargándose de escribir los guiones y luego dirigir sus películas. Resultado
de ello son las cuatro obras presentadas hasta el presente: El Artista (2008), El
Hombre de Al Lado (2009), El Ciudadano Ilustre (2016) y 4x4 (2019). Ahora
prueban suerte en España, con productores españoles, con un tema propio del espectro cinematográfico como lo es
el proceso de producción de una película de arte.
Acompañados de dos estrellas españolas (Antonio Banderas y Penélope Cruz) y un gran actor
argentino que lleva varias temporadas en España (Oscar Martínez), le dan
carnadura a este trio en el que la Cruz será la directora del film, y los dos hombres,
sus protagonistas, transformando a un set de filmación en un ámbito de búsqueda
permanente, donde lo establecido está prohibido, y el encontrar un sentido artístico
se vuelve una cuestión obsesiva. Algo de esa obsesión se encuentra también en los films anteriores del
dúo antes mencionado. Aquí, llevan el tema a un máximo, al filo mismo de la
cornisa.
Paradójicamente, con todos los medios a su alcance, los
resultados obtenidos son desparejos. Lo obsesivo del film se termina
transformado en el motor de la trama y ello conduce a una repetición innecesaria
de situaciones que aparentan ser diferentes pero a lo largo del film resultan
reiteraciones. No obstante ello, el film expresa una visión de una obsesión
malsana y peligrosa, de ir siempre al fondo sin medir riesgos que a la postre,
terminará fagocitando las buenas intenciones que originalmente tenían los
productores del supuesto film.
La labor del trio de actores es impecable. Lo dan,
literalmente, todo, y el ceñimiento a un guion de hierro aunque parezca
improvisación pura, hace que el film parezca un poco reiterativo aunque permite
llegar a buen puerto. Dichas reiteraciones de algunas escenas, que si bien se
justifican porque dan lugar a un proceso real de creación cinematográfica sobre
la marcha, por momentos abruman y desconciertan al espectador.
En síntesis, un film medianamente logrado, con una producción
importante, un trio de grandes actores que están excelentes en sus respectivos papeles,
y un tema interesante que va mucho más allá de la necesidad creativa, ello es,
la necesidad de contar siempre con sentido
común y el dinero necesario para financiar la película pero no malgastarlo obsesivamente
buscando crear una obra de arte que solo nos lleve a perder tiempo y dinero,
mucho menos, dejar la vida. Y esto es
común a cualquier empresa que se ponga en marcha. No es solo cuestión de
arrancar. También se debe evitar morir en el intento.
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