lunes, 28 de marzo de 2022

LOS OJOS DE TAMMY FAYE de Michael Showalter

EN NOMBRE DEL PADRE…

Producida por Jessica Chastain, protagonista principal de la película, acompañada por un excelente actor inglés (Andrew Garfield) que da con el tono exacto del film,  es un repaso por la adolescencia y la adultez de una pareja, personas muy religiosas que fundan una iglesia evangelista con el propósito de ayudar al prójimo. Basada en un film documental, la versión actual es absolutamente ficcional y recrea con absoluta libertad la vida de dos religiosos que con el pasar del tiempo se vuelven millonarios estafando la buena fe y las creencias de la gente.

El film pretende ser un análisis de algunos aspectos de la sociedad americana de clase media a través de la historia de una pareja de jóvenes que se conocen en una iglesia evangelista y emprenden un camino religioso donde se transforman en importantes predicadores de esa religión, transformándose en constructores mediáticos a través de los medios, particularmente la televisión, y ganando fortunas a través de las donaciones que reciben de los creyentes.

Michael Showalter, director del film, sobresale por su claridad expositiva, su honestidad, y por su capacidad de expresar sin tapujos una historia real que relata la historia de dos jóvenes que se conocen en una iglesia durante su adolescencia, se enamoran y comienzan a ejercer una vida religiosa que los conduce  a la sima de la iglesia evangelista en los Estados Unidos a través de su enorme capacidad de convencimiento que lleva a la gente no solo a la iglesia sino también a donar millones de dólares para el desarrollo de la misma.

La película es una mirada al ascenso, caída y redención de Tammy Faye Baker y su esposo, el pastor evangelista  Jim Baker, que durante las décadas de 1970 y 1980, ascendieron desde sus humildes comienzos a crear la red de transmisión religiosa más grande del mundo, siendo venerados por su mensaje de amor, aceptación y prosperidad.

Tammy Faye, además, se hizo famosa por sus pestañas, su estilo de canto y por la forma de abrazar a las personas. Las irregularidades financieras en la vida del matrimonio, la envidia de sus pares y su facilidad para escalar el escándalo, más tarde terminarán destruyendo su pequeño imperio.

Visto con una visión más amplia, la película constituye una crítica al materialismo americano y del llamado “american way of life” (en castellano, el modo de vida americano), donde una sociedad absolutamente materialista parecería encontrar paz y sosiego espiritual concurriendo a la iglesia y escuchando los sermones del evangelista.

No obstante ello, el tono burlesco que sobrevuela a la película, la vuelve por momentos absolutamente intranscendente, dado que la historia que cuenta pierde verosimilitud y solamente las muy buenas actuaciones de todo el elenco, donde destaca principalmente la labor de Jessica Chastain, y el ritmo sostenido que nunca decae, salvan al film de un naufragio.

En síntesis, estamos ante un film entretenido, muy bien actuado, pero ciertamente, convencional. Su tono burlesco de cierto contenido religioso y la pintura creíble de sus protagonistas, dejan un tono de ambigüedad donde no queda claro si el film es más una pintura de una pareja muy religiosa que en nombre del Señor termina amasando una fortuna de dinero, o sin son simplemente una pareja de embaucadores. En todo momento sobresale en el film un tono de inocencia adolescente, falsamente creíble que, no obstante, deja pensando sobre la facilidad de ser embaucada una sociedad tan desarrollada como la estadounidense.

En síntesis, Los Ojos de Tammy Faye es una gran humorada sobre la religión y la capacidad de corrupción que puede ejercer el dinero.

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