martes, 23 de abril de 2024

NUNCA ES TARDE PARA AMAR de Gianni Di Gregorio

NUNCA ES TARDE PARA AMAR de Gianni Di Gregorio

¿UN NUEVO NEORREALISMO?                                                

Entre al cine con bastante poco entusiasmo y salí muy contento. Algo está pasando en el cine mundial. Netflix y similares se están metiendo en la casa de cada uno de nosotros con cierto poder monopolista tratando de satisfacer de distraernos de la ansiedad que transmite la vida real con sus innumerables problemas diarios.

Ello lleva a la elección pasatista. Es como tomar una aspirina sin consultar al médico cuando duele la cabeza. Si el dolor desaparece, no hay problemas, pero si sigo con la aspirina, seguramente  no curare la enfermedad. El cine italiano ha detectado el problema antes que nadie, incluido, sobre todo, al cine americano. La caída en interés temático que evidencia este último cine es indirectamente proporcional al que pone el cine europeo, y dentro de ese bagaje de países, el cine italiano sobresale con una producción no muy numerosa pero ciertamente interesante.

Los italianos están haciendo renacer un nuevo realismo que se ha puesto a la cabeza del cine mundial con obras que hacen pensar en un renacimiento del realismo, particularmente social, que saca ventaja artística tanto del resto de los cines europeos, pero sobre todo, del americano, que niega su herencia histórica tratando de liderar con las nuevas formas ahogándose en la vulgaridad de la producción televisiva.

Nunca es Tarde … es el título con que se ha dado a conocer en Argentina “Astolfo”, un nombre que alude al  protagonista,  un profesor jubilado que debe abandonar el departamento que habita porque su dueña lo necesita. Por lo tanto, regresa a la casa de su madre en Artena, el pueblo donde nació. Ahí ese hombre es el último descendiente de la familia fundadora del pueblo y dueño de un ruinoso palacio desocupado por bastante tiempo, donde se ha instalado uno de los vecinos del pueblo. El hombre termina compartiendo la casa, donde primará un espíritu colectivista. 

Más allá del costumbrismo italiano, este título junto a otros conocidos en los últimos meses, muestran esas ganas de hacer cambiar el cine, dar un paso adelante, encontrar ese mañana que hoy busca el cambio para no quedar en la esclerosis. Acá lo colectivo juagará como factor de cambio.

Ya no están los capos cómicos. No esta Gassman, ni Manfredi, ni Tognazzi, ni Sordi ni Totó. Pero han aparecido nuevos actores, todavía no conocidos por el gran público, pero las últimas películas italianas presentadas muestran un cambio que a priori podemos catalogar como positivo.

Esta comedia de Grianni Di Gregorio cumple con su cometido. Es amable, hace reír, interesa de principio a fin, y sobre todo, entretiene al espectador contando una historia agradable.


No hay comentarios:

Publicar un comentario