sábado, 6 de abril de 2024

TOKYO SHAKING de Oliver Peyon

TOKYO SHAKING de Oliver Peyon

FAMILIA Y RESPONSABILIDAD

Cercana al cine catástrofe pero dejando de lado su espectacularidad y concentrándose en las consecuencias de un sismo de mediana intensidad que hacen presagiar lo peor, este film del director francés sale hecho porque guarda y cuida en todo momento la situación de amenaza que provoca el fenómeno, convirtiéndolo  en un estudio sobre la responsabilidad del individuo en circunstancias extremas.

Esta película de 2021 recién estrenada esta semana en Buenos Aires, podría encajar en un tipo de cine pasajero. Sin embargo, ese no es el camino que elige su director sino la situación límite o extrema que provoca un fenómeno natural sobre las personas, desde la propia amenaza del fenómeno hasta las consecuencias familiares que trastornan a una familia francesa cuya madre trabaja para un banco francés en Tokio, en el momento en que un sismo de alta magnitud destruye en parte una central atómica

La situación provoca nerviosismo y ansiedad. La responsabilidad de la jefa de es asumida. Ella se hace cargo de todo, tanto de situaciones laborales como obviamente, las familiares. No obstante, su preocupación más cercana es si debe hacerse cargo de sus empleados de su sucursal bancaria cumpliendo con la evacuación de los mismos, y cargándolos en un avión, llevándolos a un lugar seguro regresándolos a Paris.

La decisión no es fácil. El film genera varias vueltas de tuerca mientras se dirime la decisión de “salir de Tokio o quedarse en la ciudad”. Mientras tanto, suceden escaramuzas familiares que juegan alternándose en situaciones alternativas de tensión y  distensión de la situación vivida analizando las discusiones familiares, con sus pros y contras.

Con un elenco interesante en el cual destaca Karin Viard, como la madre de familia y encumbrada funcionaria de un banco francés, el film elude las características propias del gran espectáculo encerrando al núcleo familiar en dicha situación límite. La decisión de volver a Francia con la familia o permanecer en Tokio bajo la amenaza de un nuevo sacudón de la tierra se vuelve una dicotomía difícil de dilucidar. 

El tema de la responsabilidad personal es el verdadero punto de discusión que plantea la película. La madre es la persona que más se debate entre su propio rol de madre y su obligación laboral.  Allí es donde nace un conflicto que encerrado en el departamento familiar donde habitan en Tokio. Gran parte de la película transcurre en ese lugar. En esa situación de encierro, es la madre quien tiene y siente la responsabilidad familiar. Ella es quien está a cargo de la tarea titánica que en el caos reinante debe mantener la familia unida, y a la vez, atender sus responsabilidades en el banco en el cual trabaja.

Responsable de una filmografía de cinco títulos que no he tenido oportunidad de ver, este su último trabajo, es una obra concisa y concreta donde nada sobra ni nada falta. Un trabajo de capacidad narrativa, expresado con toda claridad, que narra un momento familiar de conmoción, donde la seguridad de una familia, lejos de casa, está en juego porque la tierra tiembla.  


No hay comentarios:

Publicar un comentario