Luca Guadagnino es guionista, director y productor italiano que destaca y gana reconocimiento con una película interesante que saca partido de un esquema narrativo basado en las idas y vueltas de un triángulo amoroso formado por dos amigos que se han enamorado de una misma mujer, una famosa tenista.
Ambos se conocen desde la
niñez y han sido discípulas de aquél, el cual no es mucho mayor que ellas. Como
consecuencia de esa relación, ambos han terminado enamorándose de ella simultáneamente.
El film atrapa al
espectador con buenas artes y un prolijo trabajo tanto de escritura como de
puesta en escena. En verdad se debe
reconocer que el film es una sumatoria de momentos de entrenamiento y partidos
de tenis cuyo objetivo principal no está en ganar el partido sino quedarse con la
profesora, transformándolo en una carrera de pequeñas conquistas amorosas.
Obviamente, el film se
nutre de la vieja comedia americana de los años sesenta que hacen recordar algunas
películas con Doris Day como protagonista, actualizada a esta época, donde el
romanticismo de aquella se ha perdido y se ha cambiado por cinismo.
El film transcurre un 90
por ciento de su metraje en una cancha de tenis. En consecuencia, los
entrenamientos y los partidos de tenis se transforman en una carrera de
conquistas en pos del profesor, generando un telón de fondo entretenido. Ella se transformará en
el coach de uno de ellos, su marido
Con una puesta en escena
muy bien constituida, destaca un estilo que nunca olvida el espíritu de lucha
de sus protagonistas, ambos apasionados por el juego de tenis, que nunca abandonan
el aspecto emocional. En la cancha, esa competencia no marca otra cosa que la
rivalidad entre ambos.
El juego de tenis es
representativo tanto del aspecto romántico de la película como del de la rivalidad
por la conquista de ambos respecto al coach. El film es capaz de desarrollar
una profundidad emocional que llega a hacer sentir ese espíritu de
batalla que ambos contrincantes están
peleando más allá de un punto de tenis o un partido sino por algo más importante que es el amor
del coach.
Una de las características distintivas del
cine de Guadagnino es su capacidad para capturar lo cotidiano. Sus películas
son simples, están impregnadas de buen gusto y una sensualidad sutil y poderosa,
que se manifiesta en cada movimiento de cámara, y sobre todo, en un dialogo
donde cada palabra suena como un susurro.
La película toma forma en la medida que
avanza, haciendo crecer en credibilidad a su actores, dando cuerpo a la trama,
y dejando percibir que el tenis esta tomado como un desafío, el de los protagonistas,
enamorados de una misma mujer, donde el partido tiene premio, y que el que gana
se queda con ella. La pelota, como la película, va y viene de una situación a
otra marcando un ritmo que marca un contrapunto que determina una ida y vuelta
que mantiene siempre interesado al espectador.
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