LA MALDAD NUNCA MUERE
Alejado del cine durante estos últimos años, vuelve Neil
Jordan, el afamado guionista y director irlandés muy recordado por El juego de
las Lágrimas (1992), quizás el film que lo llevó a la fama, y por Michael
Collins (1996), su homenaje al patriota irlandés. Su último estreno en
Argentina data de 2011, fecha en la que se estrenó Amor sin Límites, aunque
tuvo una intensa experiencia televisa entre 2011 y 2013 en la que desarrolló
Los Borgia, una de las mejores series vistas en ese medio, de los cuales escribió
29 capítulos, de los que dirigió 6.
Nuevamente lo encontramos en nuestras pantallas, dirigiendo
y coguionando La Viuda, una creación original de Ray Wright, un thriller psicológico
que resulta una obra típica de género en la que se desarrolla un terror soft que
Jordan concentra en el film como un drama de suspenso, acompañado de otra gran creación
de Isabelle Huppert en el papel de la viuda Greta Hideg.
No revelaré la trama del film pero es la clásica obra del gato y
del ratón donde una joven muy bonita y altruista se ve avasallada por una mujer
mayor egoísta y violenta cuyo objetivo pareciera ser poseerla. La trama se desarrolla siguiendo
los clásicos clichés del género resultando un film más que interesante.
La experiencia del director rescata
la obra enfatizando en una notable pintura de personajes donde la ambivalencia
de los caracteres hace que la trama se convierta en un sinfín de mutaciones en
sus relaciones de simpatía / antipatía, amor / odio, pasividad / violencia, reacción
/ sobrerreacción.
Otro punto fuerte del film es la dirección de actores. Jordan
los dirige sacándolos del cliché y volviéndolos naturales, de carne y hueso.
Seres cotidianos que habitan en cualquier barrio de una gran ciudad y son
portadores de secretos inconfesables. Nueva York aparece como el marco ideal de
un gran laberinto donde arden pasiones descontroladas. Una ciudad siempre
convulsionada donde los seres anónimos esconden secretos inconfesables. Aprovechando
ese marco de alienación permanente, la actuación de Isabelle Huppert vuelve a
ser insuperable y fascinante sumando otro gran personaje a su galería de mujeres
escalofriantes y desquiciadas. Muy
cercana a la Glenn Close de Atracción Fatal, está a la altura de sus mejores
creaciones de mujeres perturbadas como: la Violeta Noziere de Niña de Día,
Mujer de Noche (1978); la Jeanne de La Ceremonia (1995); La Erika Cojut de La
Pianista (2001) o la Michelle de Elle (2016), entre otros. Por otra parte, luce
como toda una revelación, la actuación de Chloe Grace Moretz en el papel de
Frances, una adolescente pueblerina, recién llega a la Gran Manzana, llena de
buenas intenciones, solidaria y trabajadora que cree encontrar en Greta una
sustituta de su madre recientemente fallecida.
Jordan sabe manejar el suspenso y los hilos de la trama. El
film se vuelve muy entretenido y atrapa al espectador de principio a fin. Dado
su carácter genérico, cae en algunos clichés típicos. Pero en general, la mano
experimentada de Jordan logra que el film llegue a buen puerto en todo momento
y la historia que narra se nos haga creíble.
Hay en el film un doble final haciendo honor a estos tiempos
modernos donde nada es lo que parece. Yo honestamente, me hubiera quedado con
el primer final, un final abierto que dejaba al espectador con una incertidumbre
sobre el triunfo de la maldad. El segundo final, el real, de alguna manera corporiza
la maldad y no deja nada librado a la interpretación del espectador. Es que la maldad
nunca muere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario