NUEVA YORK SIN SALIDA
Este film puede parecer fuera de
época (hoy no se hacen muchos filmes que puedan enrolarse dentro de la categoría
del “policial negro”, incluso no carece de convencionalismos, no obstante ello,
es un film que atrapa de principio a fin aunque parezca predecible e incluso,
carezca de grandes estrellas en su casting.
Lo que este film tiene es entretenimiento en estado puro. Y
su argumento atrapa al espectador pese a su simpleza o previsibilidad. Todos
los rubros están perfectamente atendidos. Su guión es consistente y
prolijamente desarrollado, lo que se dice bien escrito, bien musicalizado,
mejor fotografiado y por sobre todas las cosas, muy bien dirigido por un
director que desde el comienzo sabe que pretende hacer con el material que va a
narrar.
Comienza con una escena donde nuestro héroe principal, Andre
Davis, magníficamente interpretado por Chadwick Boseman (Black Panther), es
suspendido por la policía por una causa relacionada con gatillo fácil. De
hecho, Boseman lleva 7 muertes en su haber. Pero dado la falta de personal
durante la noche y ante un robo que se ha perpetrado en Brooklyn donde han muerto
un par de policías, es vuelto al servicio para que se haga cargo de loa
investigación de los hechos.
El film trata de un robo con sabor a traición. Como es
habitual en el policial negro, la policía es parte del asunto. La trama
comienza en la medianoche en las inmediaciones de un bar en Brooklyn. El bar ya
ha cerrado y lo primero que el espectador se pregunta es que buscan esos dos
tipos en un lugar tan alejado. La respuesta llega de inmediato. Allí funciona un
puesto de distribución de cocaína.
Los dos ladrones que entran a robar nunca pensaron que la
cantidad de droga que iban a encontrar allí respondía a un lugar de
distribución mayorista. Ellos, simplemente, pretendían cobrarse una vieja
deuda. Lo raro es que el lugar se encuentra cerrado y sin custodia. Pero antes
que logren llevarse un gramo, la policía llega al lugar. La balacera que se
arma parece una guerra. Los héroes logran escapara camino a Manhattan.
Esta escena inicial se lleva como 20 minutos de película
que, para los amantes del cine de acción, no tienen desperdicio. El guión posee
una trama principal con un par de derivaciones que es tratada con solvencia por
el director Kirk, pero su lucimiento personal está logrado en la ambientación
pesada de la noche neoyorquina, la situación de encierro que genera la Gran
Manzana en las inmediaciones de Hell Kitchen, y por sobre todas las cosas, su
claridad narrativa y la contundencia de sus escenas.
No hay duda que dentro de su clasicismo, el film encuentra
una forma narrativa que hace que Kirk parezca un director de cine muy
experimentado aunque la mayor parte de su trabajo haya sido hecho para la
televisión. No obstante, lo destacable, es la sequedad con que encara la mezcla
de suspenso y violencia que se alternan sucesivamente a lo largo del film,
atrapando y soltando al espectador en cada vuelta de tuerca que presenta el
argumento.
El titulo original es 21 puentes y representa el total de
conexiones de la Gran Manzana (Manhattan) con el resto de las localidades que componen
la ciudad de Nueva York (Brooklyn, Queens, Bronx y Long Island). Esos puentes
son cerrados para evitar cualquier oportunidad de escape de los sospechosos.
Desde un punto de vista cinematográfico, el cierre de los pasos concentra la
acción íntegramente en la gran manzana, dando al escenario de la acción un
marco de lujosa majestuosidad para una película que entretiene y cumple con su
cometido.
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