jueves, 14 de enero de 2016

THE BIG SHORT de Adan Mc Key


LA GRAN APUESTA

Alguien se preguntó alguna vez porqué La Biblia resultaba un libro tan leído y apasionante. Y otro le respondió: Porque es un thriller.  Adan comió la manzana, el fruto prohibido y cometió pecado. O sea, violó la ley de Dios. Y no lo hizo solo. Obró bajo la seducción de Eva. Ella lo tentó. En consecuencia, lo indujo al pecado. En una palabra, Eva se convirtió en una mujer fatal, una villana de película. Ese episodio es un desencadenador de la historia. Sin pecado, no hubiera ocurrido la misma. Sin violación de una ley no hay thriller.

En La Gran Apuesta no hay héroes ni villanos. Sólo hay personajes de de traje gris o azul según su importancia en el trabajo. El problema de Mc Key es querer  que estos personajes se transformen en villanos, entonces los delira y enloquece para que parezcan émulos de Nickolson en The Shining. Pero ninguno es tan malo ni tan bueno como parece. Menos aún existe una Eva capaz de hacerlos cometer un pecado, peor aún un delito. Por eso La Gran Apuesta no puede ser un thriller. Tal vez, con otros ojos, se la pueda ver como un falso documental. En ese caso, funciona mejor. El problema es que la forma nunca determina el contenido. En consecuencia, no podemos hacer villanos de banqueros ni héroes de brokers de mercado. Llevamos más de 110 años de cine, y nos han contado la misma historia de mil maneras diferentes.  "The Big Short" pretende ser  un thriller financiero olvidando que en el mundo de la especulación solo existen ganadores y perdedores. Esas son las reglas del juego. La actividad bancaria, la mayoría de las veces, es solo una actividad al servicio del consumo y la producción. Aquí estamos hablando de banca de inversión.

El relato cinematográfico narra la historia de unos de unos señores que compran y venden papeles en Manhattan y están conectados con todo el mundo. Mueven miles de millones de dólares por día y operan pérdidas y ganancias a granel. Ellos son los que pisan el palito. Supuestamente, los malos de la película. El problema es que alguien que debía controlar, no controla. O sea, los que debían ser los buenos, se convierten también en malos. En consecuencia, todo se desmadra, y cuando el mundo se da cuenta, ya es tarde, la burbuja financiera estalla  y una recesión madre se desata a nivel internacional.  La debilidad de la película está en que  todos parecen ser malos, entonces, alguien debería ser el bueno, y como buenos no hay, no se les ocurre mejor idea  que imputar a todos de especuladores cuyas víctimas finales son la pobre gente a la que no le alcanzan sus ingresos para pagar una hipoteca. En consecuencia, el tendal de pobres que queda en el camino asumirán el papel de los buenos engañados por los hombres malos de color gris. Un poco forzado. Tengo la impresión que estamos ante una interpretación tendenciosa de la historia.

Ni muy muy, ni tan, tan. Para la película estos tipos son delincuentes que operan irresponsablemente con la anuencia de los controladores y los calificadores de riesgo. Y lo peor, es que sus productos llegan a una masa de ahorristas "supuestamente" desprevenidos que creen estar ahorrando en cedulas hipotecarias de bajo riesgo cuando en realidad el pedal es tan grande que la relación deuda / cobertura se ha licuado. Esa situación es la que define el mentiroso título local de la película: la apuesta. ¿Pero es realmente así? ¿Fueron los banqueros verdaderamente culpables de estafar al público? ¿Cuál fue el rol de los controladores? ¿Todo aquel que opera en el mercado de securities es un especulador? ¿Acaso la gente supuestamente estafada, no perseguía también algún fin de lucro? En las finanzas no hay santos  como tampoco debe haber distraídos.

Toda la película transcurre en el medio financiero de Nueva York. Corre fines de 2005 y un bróker se da cuenta que las posiciones en securities de los grandes bancos de inversión están formadas con un enorme pedal en hipotecas de clase baja. La economía ya está superando la crisis de 2001 y en consecuencia la tasa de interés ha comenzado a crecer.  Saca la conclusión que la tasa actual,  que está en 5 % puede llegar a 8%. En ese caso, el crack será inevitable dado que nadie podrá pagar los intereses de las hipotecas de bajo costo. Decide vender toda la posición (el Big Short del título original).

Para entendidos en el tema, el film tiene mucho de documental y puede resultar apasionante. Pero para los no entendidos, la carencia real de buenos y villanos complica el relato.  Si bien se trata de una ficción basada en la más cruel realidad, cuesta ubicar santos inocentes perjudicados por villanos de baja estofa. Si fuera así, sería una mirada simplista de una cuestión que produjo una crisis mundial, la caída de varios bancos, y el apoyo del gobierno americano a varias empresas.

Pero si bien hubo una gran cantidad de gente perjudicada alrededor el mundo, sería ingenuo deducir, como hace la película, que esa gente es una gran cantidad de personas estafadas. Para que ocurriera una estafa debería haber primado el dolo y la intención deliberada de estafa.  Acá, más vale, se trata de una cuestión ideológica: Liberalismo vs. Intervencionismo. No obstante, los entes reguladores fallaron. También se permitió que las calificadoras de riesgo conservaran ratings prudenciales cuando claramente la cuestión se había agravado. Pero la intención, lejos de la estafa, fue no provocar pánico. Obviamente, lo inevitable sucedió. La crisis igual se produjo y dejó el tendal.

Entonces volvemos al principio. Si "La Gran Apuesta" fuera un thriller, los malos pisarían el palito o cometerían el error. Y eso nunca sucede porque la realidad es otra. Es básicamente un sistema fuera de control.  Calificar indiscriminativamente que el sistema financiero son los malos y las clases pobres perjudicadas son los buenos, es una simpleza que acota cualquier atisbo de realismo de "La Gran Apuesta". Lo único que en el film se acerca al thriller es el suspenso que genera la suba de la tasa de interés, y las dudas que genera: Se frenará, caerá o seguirá subiendo. El palito se coloca en el 8 %. A esta altura de la historia, ya todos conocemos la respuesta. La realidad es inapelable. El thriller pierde consistencia, se disipa, y solo queda el drama de la crisis. El thriller suele terminar en drama.


Es posible que una parte del público salga del cine sin entender  la trama de la película pero si con el concepto claro  que si se trata de una apuesta hubo juego, y si hubo juego alguien ganó y alguien perdió, y que esos perdedores son miles de ahorristas desprevenidos y estafados. Creo que se trata de una opinión tendenciosa e inducida.  En cambio, lo que hay que entender es que se descubrió un negocio que parecía seguro en el mercado de las securities, el crecimiento del negocio superó la capacidad y la celeridad de los controladores bancarios y bursátiles, quienes no atinaron a generar controles adecuados. El sistema se propagó por todo el mundo generando una burbuja financiera de gran dimensión que en determinado momento se pinchó y generó una crisis financiera mundial. 


Acusar a un sistema de especulación es al menos temeroso dado que en todos los productos financieros de cobertura, una punta, al menos, está apostando que lo que va a ocurrir es lo contrario a lo que piensa la contraparte. Reducir la cuestión a un juego de buenos y malos, y determinar que las clases pobres son las perjudicadas, y acusar al sector financiero de ser el gran canalla de la película, es no entender demasiado los complejos mecanismos que operaron detrás de todo ello, y constituye una interpretación simplista de la película y del sistema financiero mundial.

Para entendidos en el tema, el film tiene mucho de documental y puede resultar apasionante. Pero para los no entendidos, la carencia real de buenos y villanos complica el relato.  Si bien se trata de una ficción basada en la más cruel realidad, cuesta ubicar santos inocentes perjudicados por villanos de baja estofa. Si fuera asi, sería una mirada simplista de una cuestión que produjo una crisis mundial, la caída de varios bancos, y el apoyo del gobierno americano a varias empresas.

Pero si bien hubo una gran cantidad de gente perjudicada alrededor el mundo, sería ingenuo deducir, como hace la pelicula, que esa gente es una gran cantidad de personas estafadas. Para que ocurriera una estafa debería haber primado el dolo y la intención deliberada de estafa.  No obstante, los entes reguladores fallaron. También se permitió que las calificadoras de riesgo conservaran ratings prudenciales cuando claramente la cuestión se había agravado. Pero la intención, lejos de la estafa, fue no provocar pánico. Obviamente, lo inevitable sucedió. La crisis igual se produjo y dejó el tendal.

Entonces volvemos al principio. Si "La Gran Apuesta" fuera un thriller, los malos pisarían el palito o cometerían el error. Y eso nunca sucede porque la realidad es otra. Es basicamente un sistema fuera de control.  Calificar indiscriminativamente que el sistema financiero son los malos y las clases pobres perjudicadas son los buenos, es una simpleza que acota cualquier atisbo de realismo de "La Gran Apuesta". Lo único que en el film se acerca al thriller es el suspenso que genera la suba de la tasa de interés, y las dudas que genera:  se frenará, caerá ó seguirá subiendo. El palito se coloca en el 8 %. A esta altura de la historia, ya todos conocemos la respuesta. La realidad es inapelable. El thriller pierde consistencia, se disipa, y solo queda el drama de la crisis. El thriller suele terminar en drama.



Es posible que una parte del público salga del cine sin entender  la trama de la pelicula pero si con el concepto claro  que si se trata de una apuesta hubo juego, y si hubo juego alguien ganó y alguien perdió, y que esos perdedores son miles de ahorristas desprevenidos y estafados. Creo que se trata de una opinión tendenciosa e inducida.  En cambio, lo que hay que entender es que se descubrió un negocio que parecía seguro en el mercado de las securities, el crecimiento del negocio superó la capacidad y la celeridad de los controladores bancarios y bursátiles, quienes no atinaron a generar controles adecuados. El sistema se propagó por todo el mundo generando una burbuja financiera de gran dimensión que en determinado momento se pinchó y generó una crisis financiera mundial. 

Acusar a un sistema de especulación es al menos temerosos dado que en todos los productos financieros de cobertura, una punta, al menos, está apostando que lo que va a ocurrir es lo contrario a lo que piensa la contraparte. Reducir la cuestión a un juego de buenos y malos, y determinar que las clases pobres son las perjudicadas, y acusar al sector financiero de ser el gran canalla de la película, es no entender demasiado los complejos mecanismos que operaron detrás de todo ello, y constituye una interpretación simplista de la película y del sistema financiero mundial.

martes, 12 de enero de 2016

LA LOI DU MARCHÉ de Stephane Brizé


EL PRECIO DE UN HOMBRE

La traducción del título original de este film es LA LEY DEL MERCADO. Obviamente, se trata de una mirada crítica sobre la deshumanización del factor trabajo, y su transformación en mercancía que tiene un determinado valor el cual se vuelve negociable.

Obviamente, Brizé no es tonto y su crítica resulta contundente e incontrastable. Pero en verdad, es como si quisiéramos realizar una pelicula sobre la ley de gravedad y pretendiéramos que alguno de sus axiomas no se cumpliera.
El film retrata a Thierry Taugourdeau, magníficamente interpretado por Vincent Lindon, que ya había trabajado para Brizé en esa estupenda pelicula que realizó en 2012 que se llamó "Algunas Horas de Primavera". Thierry es un hombre felizmente casado, tiene un hijo espástico de unos 18 años que está preparándose para entrar a la Universidad, y  posee una casita en un barrio obrero de Paris, y un tráiler de fin de semana en alguna playa del norte de Francia, que quiere vender pero no puede. Al comienzo mismo de la pelicula, sabemos que se encuentra desempleado y que está buscando trabajo.

La pelicula es la búsqueda de ese trabajo. El proceso de cosificación a que es sometido Thierry por los diferentes colocadores que lo entrevistan, por los innumerables cursos que le hacen tomar pese a que la mayoría de los trabajos privilegian la experiencia sobre la capacitación, y lo poco que vale su propia experiencia que ha sido devorada por los adelantos tecnológicos que paradójicamente, vuelven obsoleto al pobre Thierry.

Finalmente, Thierry conseguirá un trabajo, convirtiéndose en guardia de seguridad en un supermercado, no haciendo otra cosa que transformarse en un tentáculo del Gran Hermano que todo lo ve, todo lo controla, y todo lo reprime en virtud de una sociedad que pretende ser justa y segura. Obviamente, a toda acción le sigue una reacción. Y acá el film de Brizé enciende alertas sociales que deberíamos considerar. Alertas amarillas que no se pueden obviar.

Brizé cuenta esta parábola con mano firme y claridad conceptual. La pelicula es corta, fría y contundente. Pero esconde una parte de la verdad. Toda sociedad que se precie de ser libre, seguramente tendrá que pagar un costo. La economía es una ciencia que trata de distribuir recursos escasos entre necesidades múltiples. Esto, llevado al campo laboral, nos dice por un lado, que hay más trabajadores que puestos de trabajo, y por otro, que las leyes de mercado, establecerán el valor del trabajo como el de cualquier otra mercancía. En dicho caso, si la oferta de trabajo es mayor que su demanda, el precio del salario será menor. Esta leyes se replicarán de diferentes maneras. A mayor capacitación, mejores posibilidades de conseguir puestos mejor remunerados. A mayor edad del trabajador, las capacidades de búsqueda se resienten debido a otra cuestión economica que remite a la ley de rendimientos, aquella que indica que ante la mayor fatiga el rendimiento disminuye, en consecuencia, también disminuyen las posibilidades de conseguir un mejor trabajo. 


Puede ser cierto que mirar con esta objetividad una buena pelicula de carácter humanista es como si uno quisiera jugar a la ruleta rusa. Pero claramente, no puedo aceptar  una contradicción, aquella que nos dice que no podemos exigir al mismo tiempo vivir en libertad y desconocer las leyes del mercado. Lamentablemente, una cosa va de la mano de la otra. Dura es la ley, pero es ley.

lunes, 11 de enero de 2016

STEVE JOBS de Danny Boyle

TRES MOMENTOS EN LA VIDA DEL SR. JOBS
 Me gusta el cine de autor, aquel donde se destaca el director como responsable total de la película, ya sea porque interviene en la forma de colocar sus cámaras, o participa en la sala de montaje, o por el tipo de fotografía que utiliza o por la escritura de sus propios guiones o adaptaciones. Normalmente, adjudico el film al director. Pero en éste caso, no lo haré asi. Creo que esta mirada tan personal sobre Steve Jobs es la mirada de su guionista, nada menos que Aaron Sorkin, el mismo que escribió "Red Social", "Moneyball", "A Few Good Men" o la serie televisiva "The West Wing". Porque si bien la puesta cinematográfica de Boyle es excelente, y ha conseguido transformar lo que originariamente parecería ser una obra de teatro en una obra de cine, la labor de Sorkin como guionista es extraordinaria. Sorkin le deja a Boyle un guión tan amplio y abierto, tan rico en detalles de la personalidad que describe,  que es prácticamente imposible de echar a perder con una mala dirección.
Sorkin divide su obra en tres partes. Tres momentos en la vida del Sr. Jobs que tienen que ver con tres etapas culminantes en su vida empresaria y que están unidos por un nexo, que es la relación personal entre Jobs y su hija Lisa, hasta ese momento, el de iniciación del relato, no reconocida por él. Esos tres momentos son: 1) 1984: Lanzamiento de la Macintosh. 2) 1988: Presentación de la computadora Next, y 3) 1998: Presentación del iMac. Estos 3 capítulos en la vida de Jobs son tres actos en la obra casi teatral de Sorkin. En el primero, el genio todavía adolescente, el empecinamiento y la falta de aceptación de la responsabilidad. En el segundo, será quien se enfrenta con la realidad, tanto como empresario en su relación con Apple como persona con la madre de Lisa. Y en el tercero, la humanización, esto es la aceptación de la realidad y la reconciliación con su mundo.
Cada acto es una vorágine que genera una catarata de sentimientos encontrados que van desde el capricho de querer una computadora que diga Hola! cuando se inicia hasta la enorme visión de futuro que hace que Jobs siempre este pensando un paso delante de los demás, o desde su incapacidad para aceptar una paternidad proveniente de una relación casi clandestina, a la transformación y humanización de una personalidad cuasi robótica que solo piensa en la perfección. El guión de Sorkin tiene la virtud de transcribir y sintetizar una catarata de hechos y pensamientos y transformar al genio en un ser humano capaz de sentir y amar.
Por el otro lado, la dirección de Danny Boyle supo transcribir en imágenes esta vorágine de palabras con movimientos de cámara y montaje muy preciso, incluso, utilizando falsos documentales, tal como lo hizo Woody Allen en "Zelig", para pasar de un acto a otro del film. El ritmo de la película es arrollador como debe haber sido la propia vida Jobs. Y en ese aspecto, Boyle sabe sacar provecho del excelente guión de Sorkin. El film tiene la virtud de retener al espectador, no soltarlo, mantenerlo atado en la butaca porque más allá de la historia conocida por todos, "Steve Jobs", la película, es la historia de una mutación.
La actuación es otro punto fundamental en el film. Ya se conocen las capacidades actorales de Michael Fassbender y de Kate Winslot.  De Fassbender solo diremos que es Jobs. De la Winslot, que interpreta a Johanna Hofman, un Vicepresidente de Marketing de Apple que es la mano derecha de Jobs. Ella es también su amiga y es el cable a tierra del genio. Ella lo contiene. Jobs es como un barrilete sin cola y ella es quien lo trae a tierra firme. Es ella quien  le permite acceder a la condición humana, quien le hace comprender que es padre de una niña, de la que se tiene que ocupar y a quien tiene que respaldar. Es ella quien, a traves de su trabajo, humaniza la figura del robot, del hombre que esta permenentemente tras el sueño, tras la perfección, tras lo imposible, tras lo futuro. Entre ellos se establece una complicidad tal que su amistad parece ser la de dos amigos, a tal punto que en un punto de inflexión de la película, Jobs se detiene, la mira, la ve una mujer y le dice "hace como 15 años que nos conocemos y nunca tuvimos sexo". A lo que ella le responde, sin inmutarse, "es que somos amigos". El resto del elenco es muy homogéneo. Además de Fassbender y Winslot, destacan también Seth Rogen como Steve Wozniak, el cerebro que llevaba a cabo las ideas de Jobs, y Jeff Daniels, un ejecutivo que se trae de Pepsi Cola para profesionalizar a Apple, con quien Jobs tiene encuentros y desencuentros que marcan etapas definitivas de su vida.
La descripción de esa genialidad deshumanizada que con el paso de los años se humaniza es lo que hace fascinante a "Steve Jobs", la película. Tal vez porque ese mismo proceso de humanización de un genio sea paralelo a proceso de  perfeccionamiento de un computador que imita el comportamiento humano. Y detrás de  ello quizás se encuentren todas las ideas geniales de este genio. Y el guión de Sorkin y la película de Boyle tienen ese mérito. Humanizar al genio.

martes, 5 de enero de 2016

EL CORAZON DEL MAR de Ron Howard

PASADA POR AGUA




Ron Howard es un director que ganó el Oscar por una película mediocre como "Una Mente Brillante" y John Huston fue un director brillante que nunca se alzó con el Oscar peses a haber realizado varias películas que figuran en la historia grande del cine. Pero Ron y John tienen algo en común. En algún momento de sus vidas, Moby Dick, el libro de Heman Melville pasó por sus manos y ambos decidieron que ese material podría ser transformado en un hecho fílmico.

Obviamente, la lectura que ambos hicieron del libro fue diferente. Al menos, así lo expresan sus películas. Huston llamó a Ray Bradbury para su adaptación y colaboró con él en el guión final. El resultado fue uno de los films más importantes de Huston, y tal vez, de cine americano. El film resultó una búsqueda casi religiosa del sentido de la vida. El Capitán Ahab perseguirá hasta el infinito a esa ballena que lo dejo rengo volviéndose una obsesión y ante la imposibilidad de matarla se atará a ella tal como si entregara su destino a un ser superior.

Howard realiza una versión cuasi literaria. Llama a Charles Leavitt, un escritor no muy conocido que antes había escrito "Diamantes de Sangre" con Leonardo Di Caprio, que encara el guión por el lado de "escritor busca historia de un marinero que ha vivido una experiencia extraordinaria". Ron no se mete en el guión, cosa que es habitual en él, dado que no hace cine de autor sino que es un director de grandes espectáculos, algunas veces con éxito artístico (Apollo 13, Rescate, Frost vs, Nixon, Rush) y otras veces solamente con éxito de taquilla como "Un Horizonte Lejano" ó la dupla del "Código Da Vinci".

Su versión de Moby Dick, "El corazón del Mar" se inscribe en esta última línea: el gran espectáculo. Pero una cosa es lo que pretende hacer Howard y otra son, lamentablemente, los resultados obtenidos. Su film parece un licuado, tal vez demasiado pasado por agua. Nadie pone en duda que Howard sabe filmar. Pero aquí las cosas no le salen como él seguramente ha pensado. Observó que la historia que estaba narrando podía ser apta para todo público, fue entonces cuando perdió la brújula del relato. Hizo prevalecer la acción y las bellas imágenes sobre el contenido y la significancia de la historia. Consecuencia de ello, la película se desdibuja. Los personajes pierden consistencia dramática, el Capitán Ahab ni aparece, y el héroe, Owen Chase (Chris Hemsworth), un marino de mucha experiencia a quien la compañía naviera le niega ser Capitán por una cuestión de clase social, milagrosamente sobrevirá a un naufragio en el Pacifico Sur junto a 5 marineros que, básicamente, terminarán en la antropofagia después de pasar casi 100 días a la deriva. Una verdad vergonzante, a la que a decir verdad, Howard narra con equilibrio y sin caer en efectismos.

De todas maneras poco. Muy poco para lo que Howard se propuso, y mucho menos a partir del antecedente hustoniano que daba lugar al desafío y a la superación. Muchas veces nos preguntamos: "Para qué una remake de un clásico?". Pero en verdad, todos tenemos un punto de vista que no necesariamente debe ser coincidente con el de los demás. Y a su vez está la faz técnica, nuevas cámaras, el 3D, nuevas formas de montar y de narrar. Las maneras de contar una historia se han multiplicado.

No obstante estas observaciones, este desafío, la película es vistosa, por momentos entretenida, por momentos tediosa. Su irregularidad es su peor enemiga. A Ron Howard le cuesta una enormidad realizar este film de gran espectáculo que inexorablemente tiende al intimismo. Sólo grandes maestros lo han logrado. David Lean, particularmente en "Puente sobre el Río Kwai" y "Lawrence de Arabia". Pero Howard en ningún momento saca provecho de la tragedia que narra, mucho menos del antropofagismo, que en la película es prácticamente tan solo un dato. Y lo peor, es que también será un dato para los protagonistas principales. Owen Chase rehacerá su vida y se transformará en un capitán exitoso como si su naufragio nunca lo hubiera llevado al mismo infierno. Pero hay una excepción. Es la de Tom Nickerson (el inglés Brendan Glesoon), el grumete ahora anciano, que cuenta la historia al joven Melville. Tom, más que nada, cuanta lo suyo como un acto de expiación, una catarsis después de toda una vida de haber estado sufriendo una culpa de difícil auto perdón. Y es aquí, en el aspecto religioso, donde Howard vuelve a encontrar a Melville y a Huston, pero ya es tarde porque el film ha terminado.

lunes, 28 de diciembre de 2015

MIS 12 MEJORES PELICULAS DEL AÑO 2015


01 - SUEÑO DE INVIERNO de Nuri Bilge Ceylan - Turquia
02 - BIRDMAN de Alejandro González Iñarritu - USA
03 - CLOUDS OF SILS MARIA de Oliver Assayas - Francia
04 - AMERICAN SNIPER  de Clint Eastwood - USA
05 - LEVIATHAN de Andréi Zviáguintsev - Rusia
06 - GETT-EL DIVORCIO DE VIVIANE AMSALEM de Ronit y Schlomi Elkabetz - Israel
07 - TRES RECUERDOS DE MI JUVENTUD de Anranud Desplechin - Francia
08 - EL CLAN  de Pablo Trapero - Argentina
09 - MIA MADRE de Nanni Moretti - Italia
10 - SHE´S FUNNUY THAT WAY de Peter Bogadanovich - USA
11 - TAXI de Jafar Panahi - Irán
12 - PHOENIX de Christian Petzoldt - Alemania

domingo, 20 de diciembre de 2015

MACBETH de Justin Kurzel

"NINGÚN HOMBRE NACIDO DE MUJER PODRÁ VENCER A MACBETH" Las Tres Brujas



William Shakespeare escribió la tragedia de  "Macbeth" en 1606. Es una de sus obras más famosas y con más puestas y representaciones en la historia del teatro.  Su tema es la ambición y la traición. Está basada en la vida de un personaje histórico: Macbeth, rey de los escoceses entre 1040 y 1057. La obra comienza cuando el Rey Duncan,  con la ayuda de Macbeth,  vence y echa a los irlandeses y escandinavos, que habían invadido las tierras altas de Escocia. De regreso de la batalla, Macbeth, acompañado de su fiel compañero Banquo, se encuentran en el camino con Tres Brujas, quienes los saludan llamándolo primero Thane of Glamis, y después Thane of Cawdor, y a Banquo le profetizan que sus hijos serán reyes. Dichas profecías intrigan a Macbeth, quien se las cuenta a su mujer, la cual incitará a su marido a desafiar las profecías anunciadas por las brujas del camino y transformarse en nuevo rey.

He visto un par de veces la obra en el teatro y ahora la vuelvo a ver en el cine. Más allá de las diferencias formales entre cine y teatro, Shakespeare siempre es Shakespeare. La fuerza dramática de sus textos, la universalidad de sus temas, la cadencia de sus palabras, hacen que uno vea una y otra vez cada obra, y pueda comprobar que no solo resisten el tiempo que pasa sino también que cada una de ellas sigue manteniendo su interés y vigencia. Ello es porque son obras de valor universal. Reflejan al hombre con sus virtudes y defectos. Por esa misma razón poco importa la forma, los cambios de escenario, el cine por el teatro, los diferentes directores y/o actores que participan. Todos agregan algo, su propia visión de la obra. Las diferentes interpretaciones, lejos de traicionar el espíritu shakesperiano, hacen a la vigencia del gran dramaturgo y comediante inglés para que cada obra permanezca  en el tiempo y cada vuelta de tuerca sobre ellas nos haga mantener el interés intacto para verlas con el mismo entusiasmo de siempre.

Hasta aquí, las versiones que previamente había visto, siempre hacían hincapié en el tema de la ambición desmedida de poder, colocando a Lady Macbeth como la artífice de esa ambición y como una gran manipuladora de su marido, ocupando el papel preponderante de la trama. En esta nueva versión cinematográfica, el australiano Justin Kurzel enfoca su atención en la traición. Ese cambio de punto de vista es fundamental en el desarrollo que hace de la trama. Macbeth  será el protagonista absoluto de la tragedia. Se volverá un cruel asesino que matará al Rey Duncan, se convertirá en Rey y vivirá atormentado por el resto de su vida, no por el sentimiento de culpa sino por las mismas profecías de las brujas que indirectamente han anunciado que él, Macbeth, no será el rey. No obstante lo es, por lo cual, solo gobierna para espantar a sus propios fantasmas,  lo cual lo convierten no solo en un ser vulnerable que acentúa su crueldad. Es allí donde aparece el brutal asesino que perseguirá a los hijos de Banquo hasta eliminarlos solo por el temor que se cumplan las profecías, al mismo tiempo que repite que ningún hombre nacido de mujer será capaz de vencerlo, entrando en una especie de delirio que lo conducirá a la locura. Es asi como "Macbeth", la película, se vuelve una especie de thriller policial que transcurre en las desoladas alturas de los highlands escoceses, un thriller extremadamente cruel y estéticamente bello.

Kurzel, con solo un largo en su haber (Snowtown, 2011), es un esteticista que no pone freno a su imaginación. Llena el film de brumas, amaneceres y atardeceres gobernados por los vientos, las lluvias y las nieves logrando un film de una gran factura artística, convirtiendo a Macbeth en un fantasma de si mismo consumido por el ansia de poder que vaga por lo highlands.  Asi mismo, la actuación del alemán Michael Fassbender es notable, no digo que consagratoria porque ya tiene en su haber un par de actuaciones memorables como la de "Shame" del inglés Steve Mc Queen y "Un Método Peligroso" de David Cronemberg. También es muy buena la actuación de Marión Cotillard, la actriz francesa que ganó el Oscar por Piaff, en el rol de Lady Macbeth.


No obstante lo dicho, el Macbeth de Kurzel parece algo excesivo. Como si tanta técnica, tanto esteticismo, tanta pintura, tanta bruma y tanta niebla, oscurecieran el film más allá de lo preciso en una obra que de por si habla del lado oscuro del poder y de la corrupción del individuo. Es como si el film se volviera más frio que lo propios highlands y las pasiones se alejaran, mientras el Rey enloquece y encuentra su muerte en manos de un hombre nacido de mujer, haciendo caso omiso a toda profecía.

viernes, 18 de diciembre de 2015

GETT. EL DIVORCIO DE VIVIANE AMSALEM de Ronit y Shlomi Elkabetz

RELIGIÓN, LEY Y LIBERTAD


Estupenda coproducción entre Israel, Francia y Alemania que recrea con lujo de detalles el minucioso proceso de un divorcio religioso. Viviane y Elisha Amsalem son un matrimonio que llevan 3 años separados. Viviane ha abandonado su casa y ha decidido ir a vivir con su hermana. Ha comenzado los trámites de divorcio ante el rabinato de su jurisdicción y son llamados, junto a su marido y abogados religiosos, para explicar la causas por las cuales quieren romper el contrato matrimonial.

La película se concentra en esas 4 paredes a través de una sucesión de sesiones que llevan aproximadamente 3 años de sus vidas. Son llamados a audiencia una vez cada 2 o 3 meses. La duración de la audiencia es variable. Puede durar minutos como un par de horas. El problema es radical: Viviane quiere el divorcio pero no así Elisha. Ya llevan separados dos años y todo indica que ese matrimonio en la realidad se ha roto. No obstante, la posición de Elisha es monolítica. Su no es rotundo. Cada sesión es una vuelta de tuerca sobretodo los aspectos que ha transitado la pareja durante su matrimonio y ahora, en su separación. Tanto a los rabinos, como a los mismo testigos, les cuesta entender tanto la separación de Viviane como la rotunda negación de Elisha a otorgar el divorcio.

 El film se inscribe en una línea cruda, testimonial, lejos de todo artificio. La puesta es ascética, transcurre toda entre las 4 paredes del tribunal. Lo mismo se puede decir del elenco. No hay actuaciones descollantes sino una homegeidad actoral al servicio de una puesta en escena que tiene una precisión de relojería que ni por un instante busca aire. Todo es una situación de encierro, ese mismo encierro del cual no pueden salir los participantes. Ese encierro no es otro que el que siente la protagonista principal, pero tampoco es muy distinto al encierro que representa la posición de su marido ni la de los miembros del Tribunal. La posición de Elisha es clara. Para él su matrimonio es una posesión, una propiedad.  

Gett, palabra hebrea que significa divorcio, expresa una división, incluso una salida. Pero tanto los miembros de la pareja, como los propios miembros del Tribunal, parece vivir asfixiados por las tradiciones y las leyes religiosas. Todos viven sometidos y son incapaces de transgredir o desviarse de lo prescrito por la ley para llegar a la solución del conflicto. En Gett no existe negociación. Ni siquiera los testigos, si bien imparciales, se alejan de las leyes y tradiciones religiosas. Sus declaraciones y testimonios se realizan siempre en el marco de la corrección política, en este caso, la corrección religiosa.

La austeridad y la rigurosidad de la puesta en escena son factores esenciales para el éxito de esta notable película del matrimonio Elkabetz, directores y guionistas de la película, además de que Ronit Elkabetz interpreta magníficamente el rol de Viviane. Su film no muestra fisuras, es despojado de todo elemento que pudiera distraer y se concentra en el drama humano emergente de la profesión de fuertes principios de vida, aquellos capaces de colisionar con nuestros derechos elementales como el de la libertad. "Gett" es una cruel paradoja donde el destino de los hombres esta signado por una creencia, por una religión cuya práctica y respeto normativo coarta el derecho más elemental de la vida moderna, o sea, la libertad del individuo a elegir libremente el destino de su vida.

"Gett" es una de esas películas que, lamentablemente cada vez más infrecuentes, tienen la capacidad de cuestionar y hacernos pensar. Es imposible salir del cine y no dejar de pensar en lo que uno acaba de ver. Es un film provocativo desde lo humano porque cuestiona, con profundo respeto y honestidad, una creencia religiosa. Nos pregunta sin preguntar, hasta donde debemos condicionar, hasta qué punto debemos llegar con nuestras creencias sin sacrificar nuestra libertad. Y tal vez vaya, incluso, más allá. Hasta que punto podemos agredir a los demás, hacer daño a los demás en función de nuestra creencia.

Nos hace reflexionar también sobre la necesidad de actualizar las leyes que nos rigen. Revisar tanto nuestros derechos como nuestras obligaciones. Debemos pensar que vivimos en un mundo dinámico, cambiante. Esa dinámica modifica nuestros hábitos y costumbres. Y eso crea la necesidad de actualizar nuestras instituciones. Es un tema delicado. La película no hace más que reflejar una realidad. Somos nosotros, los hombres, quienes no debemos ignorar los problemas y buscar las soluciones.


Como película, "Geet. El Divorcio de Viviane Anselet" puede tornarse algo larga y reiterativa. Dura casi 2 horas. Pero no hace más que reflejar la realidad de lo que está tratando, ello es un largo y complejo proceso judicial. Un proceso que encierra y asfixia a sus participantes. El film es fiel a si mismo, y con ello busca que el espectador sienta y se identifique con esa pesadilla en forma de proceso que ignora la necesidad humana frente a la prevalencia de una ley. Su mayor virtud es que yendo de lo particular a lo general, se transforma en una gran canto a favor de la libertad del individuo.

jueves, 17 de diciembre de 2015

MI FAMILIA ITALIANA (LATIN LOVER) de Cristina Comencini

REGRESO A LA COMEDIA "ALLA ITALIANA"


Cristina Comencini es una directora y escritora italiana que es hija de Luigi Comencini, el gran director de "Pan, Amor y Fantasia" que en los años 50 dió lugar a un tipo particular de comedias, muy descriptivas de las vicisitudes vividas en la Italia de posguerra, encasilladas en lo genérico en un cruce cercano entre la tragedia de los que se vivía y ese espíritu vivaz y la forma siempre risueña que caracterizó al pueblo italiana, que dió en llamarse tragicomedia o la "comedia alla italiana".

Cristina tiene en su haber una filmografía interesante, de la que destaca  una película de 2002 que se llamó "El Más Bello Día de MI vida", en la cual la directora analiza las torpezas del amor y el peso de los compromisos que amenazan la estabilidad de una familia romana. Más tarde, realizó, con menos fortuna, "La Bestia en el Corazón" (2005) y "Cuando la Noche" (2011).

"Latin Lover" es un abierto homenaje al cine de su padre, genera una película amena, entretenida, por momentos brillante, donde no solo manifiesta su amor por el cine de su padre, sino también,  y por todo aquel cine italiano relizado a partir de mediados de los ´50, los ´60 y principios de los ´70. Es una clara evocación a un "star system"  italiano que se consolido a partir de "La Dolce Vita" alcanzando éxito a nivel mundial. Es también un homenaje, sin nombrarlo, a todas las grandes estrellas que se consagraron en aquellos años. Ese cine no hubiera sido el mismo sin la participación de Marcello Mastroianni, Vitttorio Gassman, de Alberto Sordi, de Nino Manfredi, Totó, Ugo Tognazzi, Sofía Loren, Virna Lisi, Claudia Cardinali, y tantos otros, en películas inolvidables como "Hablemos de Mujeres", "Los Desconocidos de siempre", "Los Monstruos", "Casanova 70", "Divorcio a la Italiana", "Señoras y Señores", y muchas otras más.


Comedia de enredos, con algo de vodevil francés, y sobre todo, con una gran vuelta de suspenso, logra mantener la atención en forma permanente. Esa una película amable, simpática, que se soporta en un grupo de grandes actrices lideradas por la recientemente fallecida, Virna Lisi, la española Marisa Paredes y la siempre interesante Valeria Bruno Tedeschi. 

martes, 15 de diciembre de 2015

TRES RECUERDOS DE MI JUVENTUD de Arnaud Desplechin



EL PASADO QUE CONDICIONA

Descubrí  a Arnaud Desplechin una noche un video que había alquilado en Blockbuster. La película se llamaba "Reyes y Reinas", corría el año 2005, y el film se había estrenado en Buenos Aires en los circuitos de cine arte y yo por alguna razón que no recuerdo, no la había podido ver en los cines. Trataba de una mujer, una ejecutiva muy ocupada en Paris, a punto de volver a casarse, que viajaba a un pueblo francés, donde estaba muy enfermo su padre. El film recreaba esa relación padre -hija a la vez que describía la tortuosa relación de ella con su ex marido, un músico con problemas psiquiátricos a quien pretendía dejarle el cuidado de su hijo cuando se fuera de luna de miel con su nuevo marido. Lo interesante del film era que la protagonista, Emmanuel le Devos, encargándose del padre en el momento preciso, no solo descubría a un ser humano al que desconocía, sino que también limpiaba culpas del pasado y quedaba libre de remordimientos.

Años más tarde,  vuelvo a encontrarme con Desplechin en el BAFICI 2009. "Un Cuento de Noé" venía precedida de elogios luego de participar del Festival de Cannes. Desplechin también vuelve aquí a las relaciones familiares. Catherine Deneuve es la madre de una familia numerosa que durante la Navidad anuncia que deberá ser trasplantada de un riñón. Su hijo díscolo, otra vez el genial Mathiue Amalric, es el único compatible. El conflicto, es que está apartado de su madre, se mantiene a distancia y la operación conlleva un riesgo importante. Nos preguntamos, tendrá Henry la generosidad necesaria para  ese acto de amor supremo que es la donación en vida de un órgano vital?
Tanto en una película como en la otra, el pasado siempre vuelve y condiciona a los protagonistas. Anoche, tuve la oportunidad de ver "Tres Recuerdos de mi Juventud" que, afortunadamente, se estrenó en Buenos Aires. "Tres Recuerdos…" es el nuevo film del director francés y es otro gran film.

En esta ultima el protagonista es Paul Dedalus (Mathieu Amalric), que cuando comienza la película está en los prolegómenos del amor cuando su amante le dice algo que lo retrotrae a sus recuerdos, a su madre, a un viaje a Minsk y sobre todo, a Esther, su eterno amor de juventud. Y en consecuencia, Desplechin ya no solo inicia un viaje hacia el pasado de Paul, sino que comienza a jugar con las deformaciones que la memoria hace de ese pasado condicionando el presente. La precoz muerte de su madre siendo él mismo todavía un niño, lo sitúa en un nivel de orfandad tal que lo conduce a perpetuar esa orfandad. Rechaza estar en su casa, busca el afecto de una Tía-Abuela, crece alejado de su hogar, y ya adolescente y en plena guerra fría, acepta hacer un misterioso viaje a Minsk (Bielorrusia) para llevar un sobre con dinero para ayudar a un perseguido judío a emigrar a Israel. Lo notable del caso es que además, le facilita al muchacho judío su propio pasaporte. Esta acción puede verse de diferente maneras. Es sin duda un acto de generosidad, de altruismo. Es una ayuda a alguien desesperado. Pero es también como un desprendimiento de identidad. En realidad, Paul crea su propio doble. Y ese doblez no es otra cosa que una  creación involuntaria de la memoria para crear recuerdos a conveniencia. Paul. a partir de ese acto, tendrá una doble vida. Una, que lo dejará atado al pasado y otra, que lo transformará en un ser itinerante que carecerá de tiempo y lugar.

Más tarde, al final de su adolescencia, conocerá a Esther. Este vínculo será definitorio en su vida. Nunca llegará a nada con ella, pero Esther será de alguna forma, la representación de todas las mujeres que pasaron por su vida. Es una mujer monolítica. La cuida, la ama, la cela, la extraña, le perdona infidelidades pero nunca se casa con ella y mucho menos, la olvida. Es como si generara un ser omnipresente asociado a una coexistencia, una vida que transcurre, se ancla en el pasado, se recuerda a conveniencia, y condiciona el presente sin dejar resolver una vida. Paul vive una especie de vida sin presente, una estancia en un pasado permanente. No casualmente, Paul es un lingüista que estudia idiomas extraños, tal vez, algunos de ello, en desuso. Su comunicación con los demás, es como si fuera en una lengua extraña, un idioma extranjero. No casualmente, desde que se va a estudiar a Paris, los viajes a su pueblo se hacen cada vez menos frecuentes. Una relación de tipo epistolar se establece entre los amantes. Otra vez más, su relación con Esther se mediatiza. Cada vez más lejos del contacto personal, son las cartas las que limitan el contacto. Y otra vez el relato y no la realidad es la que priva entre ellos.

En "Magnolia", Paul Thomas Anderson reiteraba que "el pasado siempre vuelve".  En "Tres Recuerdos…", Desplechin parece decirnos que "El pasado vuelve de acuerdo a como lo recordamos".  Y ese recuerdo no parece ser un recuerdo fiel al suceso original. Esto me lleva a recordar al Doctor Manes, quien dice que cuanto más contamos un episodio ocurrido en el pasado, más deformamos el recuerdo del mismo dado que al contarlo le agregamos elementos que lo agrandan, lo humorizan, o lo vuelven heroico o trágico. O sea, el episodio histórico cambia de ser un suceso real a formar parte de un relato.


Y esa es exactamente la esencia de este notable film de Arnaud Desplechin. La historia de un hombre que no puede ni quiere olvidar ni su niñez ni su juventud y en consecuencia vive a media máquina, preso del pasado y sin resolver su presente. Es como un hombre incompleto. Alguien que no ha dejado de ser niño ni adolescente. Y acaso, nosotros mismo, no caeremos en lo mismo cuando afirmamos  que "todo pasado fue mejor"?

miércoles, 25 de noviembre de 2015

SUITE FRANCESA de Saul Dibb


ERRANTE Y DESAFINADA

Basada en un manuscrito incompleto de Irene Nemirovsky (solo hay 2 de 5 posibles partes) encontrados después de la muerte de su autora,   esta novel a se transformó en Best Seller y recibió el premio Renaudot hace 10 años. Narra las vicisitudes vividas en 1940 por un pueblo de Francia cercano a París cuando llegan las fuerzas de ocupación nazi y someten a sus habitantes a su yugo invasor. Ahora, con producción anglo americana, esta novel a llega al cine dirigida por el director inglés Saul Dibb ("La Duquesa", 2008; "Bullet Boy", 2004),  junto a Matt Charman como coguionista.

La película no parece poder alcanzar la altura del manuscrito en que se basa.  Apoyada en el melodrama como género, no alcanza a encontrar nunca la hondura existencial  a la que esos personajes son sometidos. La película me resultó fría, demasiado preocupada por la estética  y descuidada en el dibujo de su personajes, la mayoría de ellos retratados con cierta  chatura que les quita dimensión humana frente a la tragedia que están viviendo. Y ello es asi, porque dichos personajes no dejan de parecer estereotipos pese a ser interpretados por buenos actores que aquí no llegan a destacarse. Personalmente, no creo que el melodrama le siente al cine anglosajón, al que habitualmente le cuesta expresar pasiones desenfrenadas. Acá el camino era el film intimista, pero Dibb se entusiasma y trata de emular a películas tales como "Dr. Zhivago", de David Lean (en su espectacularidad) ó "Girasoles de Rusia", de Vittorio de Sica (en su profundidad dramática),   y termia  descarrilando.

Michelle Williams, la excelente actriz de "Mi Semana con Marilyn"  y "Blue Valentine" es, tal vez,  la que más destaca en el  elenco. Su Lucielle Angelliere es una mujer joven y  tímida cuyo marido ha marchado a la guerra, y vive sometida por su suegra (Kristin Scott Thomas, "El Paciente Inglés"), una mujer rica y materialista que lo único que parece importarle es la cobranza de sus rentas a los pobres inquilinos de sus tierras. A esa casa enorme y fría donde viven ambas, llega a instalarse el Teniente Bruno von Falk, correctamente interpretado por Mathias Schoenaerts . Lucielle y Bruno sólo comparten dos cosas: soledad y pasión por la música, y ello llevará a Lucielle a transformarse, primero  en la amante del nazi y después en una decidida resistente.

Película fría, indecisa entre contar las pasiones enfermizas que anidan en ese pueblo o dedicarse a narrar la pasión individual desatada entre la abandonada mujer francesa y el oficial alemán, acierta en algunas escenas y falla en otras. La descripción del sistema rígido de clases sociales que impera en la comarca, la corrupción por envidia y la delación como venganza muestra un nivel de corrupción que no solo alcanza lo económico sino también las almas humanas. No obstante, las pasiones que anidan en los personajes nunca terminan de desatarse. Es como si Dibb no se decidiera entre contar  la gran épica que encierra el libro o hacer un film más simple e intimista basado en ese amor imposible que tiene algo del síndrome de Copenhague.

Por otra parte, los cambios de conducta de los personajes son demasiado bruscos. Madame Angelliere pasa de la pura avaricia del cobro de los alquileres de su marido a ser una mujer sensata que ayuda a esconder en un placard de su casa a su inquilino resistente. Lucielle pasa de ser una mujer dominada a una heroína que tratará de salvar a un resistente de su pueblo. En el oficial nazi también conviven el frio soldado alemán y un hombre culto y refinado. Todos estos cambios suceden abruptamente, como si las situaciones vividas no solo sorprendiera a sus actores sino también los cambiara irremediablemente. Sin lugar a dudas, de los tres personajes principales, el soldado es el  más equilibrado.


"Suite Francesa" está lejos de ser la película que sugiere la música de su título. Por el contrario, está dominada por el desasosiego, un cúmulo de sentimientos encontrados cuyos destinos son inciertos como el mismo fin de la guerra. Queda en deuda consigo misma. Podría haber sido una gran película, un gran fresco sobre la guerra y la condición humana. Es tan solo una película entretenida (de por si un gran mérito) pero cuyos personajes pierden carnadura humana a medida que el film avanza. Una pena. Tenía todo para ser una gran film.

sábado, 21 de noviembre de 2015

TERMINATOR GENESIS de Alan Taylor


VIEJO PERO NO OBSOLETO

Más allá del negocio de alargar el éxito de películas de súper acción muy taquilleras, el cine tiene la capacidad de expresar cada momento que el mundo atraviesa, y lo expresa de diferentes maneras y con diferentes sucesos.  No hay duda que el cine, y en particular el cine americano, también abarca una visión de una enorme bastedad que ha ido desde la propaganda de un modelo de vida a la crítica más acida y profunda de su propia sociedad y sus gobiernos.

Cientos de películas exaltaron "el american way of life",  publicitando la época de la abundancia y de la prosperidad  mostrando una y otra vez  los iconos de dicha prosperidad:  teléfonos blancos, tirar el conito de helado al cesto, tomar un taxi por tres cuadras, y muchos más. Los americanos no temen hablar de su historia, ni tampoco de lo que les está pasando. El cine americano no elude el bulto, le va de frente. Y así surgieron tanto las comedias rosas que representan al modelo, desde aquella más lejanas de Katherine Hepburn hasta las más actuales de Julia Roberts, tanto como películas sumamente críticas de la realidad. Filmes como Nido de Ratas, El Graduado, Todos los Hombres el Presidente, Apocalipsis Now, Buenos Noche, Buena Suerte, y la más reciente El Francotirador hablan muy libremente de los problemas sociales y políticos de una sociedad que vive y lidera los cambios en el mundo.

Cada época ha tenido sus exponentes sus agentes de propaganda, sus pronosticadores y sus alertas de un peligro inminente. En los años ´60, las películas de espionaje, han referido, informado y creado opinión sobre la guerra fría y sobre la fragilidad de los valores de la libertad. Películas de espías como James Bond, El Agente de Cipol, el Agente Harry Palmer, la serie de Misión Imposible se han inspirado en dichos eventos y de alguna manera los han retratado. El cine de los ´80 comienza a mostrar la crisis de la sociedad pos industrial y la desocupación comienza a ser tema de los films como aquella comedia inglesa de los strippers ingleses (The Full Monty). En los 90, tras la caída del muro de Berlín, el cine muestra un a libertad inusitada. Hay un cambio generacional muy grande, un tremendo desenfado, en la comedia se impone lo chabacano (el cine de los Hermanos Farrelly, Sex and the City, etc.) especialmente en la comedia americana. Y  después del 11 de setiembre de 2001 la obsesión del cine americano ha sido contribuir a crear consciencia sobre el problema de sociedades armadas y del terrorismo en general. Y sobre todo, la  instalación de la sospecha de traición Esos temas aparecen en series como 24, Homeland, la película israelí Belén, la estupenda "Zero Dark Thirty", Fahrenheit 911. El cine se recicla. Ahora es el momento de la amenaza cibernética sobre los sistema de seguridad y la traición. Terminator Génesis, une ambos elementos. 

Es difícil comentar este producto que se recicla a sí mismo. La serie parecía terminada. La carrera politica del gobernador de California, el Sr. Schwarzenegger, parecía haberle puesto un punto final a su carrera de actor. Pero finalizado a su mandato, Schwarzenegger ha vuelto a las pantallas, y parece que lo ha convencido a John Cameron que valía la pena resucitar al androide, dado que, con mucho humor,  se considera a sí mismo "viejo pero no obsoleto". Obviamente, el film es una película más de la serie y Arnold continua siendo el héroe de súper acción de siempre. Asi que los guionistas se la han ingeniado para buscarle una nueva vuelta de tuerca que genere algún interés y enganché al espectador.

En lo que a mí respecta, siempre encontré fascinante al Terminator.  La idea de que se trata de un androide que viaja en el tiempo para asegurar la vida de alguien que será un líder del futuro me resulta interesante y se emparenta con algunos momentos felices de mi niñez y adolescencia cuando leía  La Máquina del Tiempo de D.H. Wells, o veía en la tv la serie de "El Túnel del Tiempo", o más tarde, la serie de films de Robert Zemekis "Back To The Future". Además, lleva  implícita la idea de un mundo híper tecnologizado manejado por androides, cuyos antecedentes ya estaban R2-D2  y C3PO en La Guerra de las Galaxias a mediados de los ´70, aunque constituían una pareja más risueña y divertida.

 Si en la primera de la serie Cameron hacia su presentación en la pantalla, y la película seguía los patrones clásicos del cine de terror aunque presentaba uno de los primeros villanos indestructibles, es en la segunda entrega cuando la serie comienza a alcanzar dimensión de clásico, con una diversidad de efectos especiales de ultisima generación que hacían entusiasmar a los amantes del cine de súper acción, a la par que Cameron comenzaba a mostrarse que estaba para cosas mayores. Es cierto también que la tercera entrega de la serie pasó sin pena ni gloria, y esta cuarta entrega tiene muy poco para el festejo. No obstante ello, la película es digna.

Dirigida por Michael Taylor, proveniente de la televisión y con muchas series y telefilms en su haber, encuentra su mayor obstáculo en las complejidades narrativas que el guión presenta . La película no es lineal. Se desarrolla en el futuro, que ya es hoy, y la acción va y vuelve hacia el pasado en varias oportunidades, y en tiempos distintos, haciendo complejo al argumento. Lo vuelve algo confuso y el director Taylor no muestra mucha capacidad para simplificarlo o aclararlo en imágenes.

El nuevo mundo que presenta esta está absolutamente dominado Skynet, una inteligencia artificial que domina  el ejercito de las maquinas, y que está por lanzar al mercado Génesis, un sistema bastante similar a la que ya tenemos en nuestra propia realidad repleta de computadores y teléfonos celulares que nos permiten estar on line durante todo el día y ser capaces de identificarnos y localizarnos con mayor precisión que el Big Brother. La cuestión es que en ese mundo de máquinas y computadoras totalmente agresivas, John Connor, otrora el héroe, líder de la resistencia  ahora a sido dominado por las maquinas , lo han transformado en una androide casi invencible, generando un cuasi tragedia griega inspirada en Medea en la que Sarah Connor termina siendo  la heroína absoluta del film seguramente con intenciones de realizar una futura entrega.


Concluyamos que Terminator Genesis no es la mejor de la serie ni pretende serlo. Pero si es un film entretenido con acción a raudales, tal vez demasiada, y que en varias ocasiones dicha acción se superpone con dramatizaciones donde prima la sospecha , otorgándole dosis adicionales de suspenso e interés, pero entorpeciendo el desarrollo de la trama. 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

THE MARTIAN de Ridley Scott


LA RESURRECCIÓN DE MARK WATNEY

Cabe preguntarse porque ha gustado tanto esta simple película de Ridley Scott. Y la respuesta es muy sencilla. Simplemente porque es una película positiva, a tal punto que, y salvando las distancias, el optimismo del protagonista tiene algo de aquellas notables caracterizaciones de Jimmy Stewart para el maestro Frank Capra en películas tales como "Qué Bello es Vivir" o "Caballero sin Espada". Y ese optimismo salta de la pantalla y alcanza al espectador.

Es que ni bien se inicia la película, un grupo de astronautas está realizando tareas de investigación en una planicie de Marte cuando se desata un feroz tormenta de polvo. La NASA da la orden de una inmediata evacuación del lugar, pero ocurre un pequeño accidente en el que la tripulación da por perdido a Mark Watney, uno de los astronautas. La misión, entonces,  inicia su retorno a la Tierra dejando el cuerpo inerte del astronauta en Marte. Pero pasada la tormenta, observamos que Watney está vivo, reacciona de los golpes recibido, cura sus heridas, asume que ha quedado solo, regresa a la estación marciana, ordena el lugar, y calcula que en ese estado tiene una capacidad de sobrevivencia de no más de 180 días. Watney es un científico, un especialista en ciencias botánicas, y como diría Spielberg, sabe que la vida busca a la vida. Allí comenzará la verdadera aventura. Pondrá toda su inteligencia al servicio de su supervivencia. Pero la pregunta es:  podrá sobrevivir el astronauta al aislamiento de Marte?

Nada mejor que para el papel de Mark Watney se haya elegido a un actor como Matt Damon, dotado tanto para la comedia como para el drama o el héroe de acción. En The Martian se sintetizan toda estas posibilidades en forma natural para encarnar al héroe. Más allá del buen guión, mucho le debe la película a la gran actuación de Damon, a su gran naturalidad para interpretar algo que de por sí parece más una pesadilla que una realidad, y que él resuelve como el gran comediante que es, bien dirigido por Scott,  en tono de comedia ligera.

Pero, claro, también está la infinita capacidad narrativa de Scott, esta vez basado en un buen guión de Drew Goddard sobre un libro de Andy Weir, que pone el resto. Watney, más que un astronauta es una pequeña computadora hecha hombre. El tipo tiene un razonamiento implacable, y un vasto conocimiento científico. Pero el guión y la habilidad de Scott, lo humanizan de tal manera que la película cobra vida a partir de la tediosa situación, y comienza a transformarse en una oda a la esperanza de vivir. Scott hace todo interesante, desde explicar los esfuerzos científico orientados a la sobrevivencia hasta pequeñas situaciones triviales como la música disco, típica de los 80, que ha dejado la comandante de la nave y que para Watney es un tedio pero es lo único que lo ata a una sensación vital fuera de la amenaza de muerte permanente por la que está pasando. Paradójicamente, odia esa música, pero ese odio lo humaniza dado que la música grabada es el único elemento que le permite expresar un sentimiento. Todo lo demás lo lleva al superhéroe, o mejor dicho, al superhombre en que se está transformando.

Transcurrida la primera mitad de la película, la esperanza comienza a crecer y la aventura se reinstala en el relato. Watney logrará contacto con la Tierra, y ahora la NASA tendrá que tomar una decisión. O abandonar a Watney en Marte condenándolo a una muerte segura, o tendrá que ir a rescatarlo en una misión cuya duración puede demandar más tiempo que el tiempo de sobrevivencia que el astronauta tiene calculado en Marte. Allí , claramente, comienza otra película.  Si la primera parte se emparenta con los héroes individuales del cine clásico americano, la segunda parte se identifica con la gesta colectiva. Una organización entera al servicio del rescate de un hombre, y la película termina apasionando.


Los hermanos Scott (Ridley y Tony, ya fallecido) conformaron una dupla de productores y realizadores con caminos diferentes. El camino de Ridley fue el cine culto, donde los mayores esfuerzos eran puestos en la cuestiones estéticas (Alíen y Blade Runner son prueba de ello). Tony, en cambio, fue un director de cine de acción. El Ansia, Romance Peligroso, Imparable son muestras de su talento.  Sus películas eran, sobre todo, entretenidas. Ese cine, Tony sabía hacerlo muy bien.  En "El Marciano" Ridley parece rendirle tributo a Tony sin renunciar a su sentido estético. Marte da espacios ideales para cierto cuadros surrealistas.  Y la trama, va de menor a mayor buscando siempre el entretenimiento. Por ello, su nuevo héroe, paradójicamente se emparenta con Thelma y Louise. En ambas películas, los protagonistas  buscan un nuevo destino tratando de escapar de una situación desesperante. Por eso, el desierto rojo de Marte, la inmensidad del espacio exterior, son usadas por Ridley en función de la aventura humana que relata. Y esa aventura cobra vida a medida que avanza el relato llevando a El Marciano desde los primeros cuestionamiento metafísicos de "2001" hacia la aventura de "Perdidos en el Espacio" o la más reciente "Gravedad".

sábado, 7 de noviembre de 2015

SPECTRE de Sam Mendes



RETORNO AL PASADO CUESTIONANDO AL FUTURO

San Mendes es un fundamentalmente un director teatral formado en Cambridge, tocado tempranamente por el éxito que lo llevó a dirigir a Judi Dench y más tarde a formar parte de la Royal Shakespeare Company. Años más tarde, tuvo la oportunidad de devenir en cineasta cuando en 1999 dirigió en Hollywood  "Belleza Americana", alzándose con los premios Oscar más importantes de ese año, y transformándose en niño mimado del cine americano. Más tarde dirigió a Tom Hanks en "Road to Perdition, 2002", y a Leonardo Di Caprio y Kate Winslet en "Revolutionary Road, 2008", entre otras.

En 2012 accede al mundo Bond dado que los productores de la serie, Bárbara Broccoli y Michael G. Wilson lo llaman para dirigir "Skyfall", donde por segunda vez en 23 películas, el elemento dramático sería desarrollado con la misma importancia que la acción. La anterior era "Al Servicio Secreto de su Majestad", donde Bond se casa y su esposa muere a manos de la mafia italiana.

En Spectre, Mendes vuelve a la dirección y sus guionistas parten de "Skyfall" para desarrollar la nueva trama. Aquí, el meollo dramático queda encerrado en dos Mcguffins, una foto de dos niños tomados de la mano de un hombre en una montaña en Suiza que  M deja en Skyfall ,  y un extraño anillo cuyo portador , Marco Sciarra, es un criminal muerto por Bond en la escena inicial, y que parece pertenecer a un miembro de la Organización Spectre, aquella que en la primeras de Bond se quería apoderar del mundo de la mano de malvados tales como el Dr. No, Goldfinger o Ernst Stavro Blofeld.

El problema de Mendes es que el guión de la nueva película de Bond no es una simple película de acción, sino una compleja trama cruzada por dos líneas divergentes. Mendes acierta en las escenas de acción, pero no llega a desentramar las líneas divergentes. Sus antecedentes teatrales y tendencia a melodrama, lo llevan a empecinarse, y como consecuencia de ello, saca la película a flote, pero el desequilibrio entre las líneas divergentes es manifiesto.

Esas líneas cuestionan tanto el pasado como el futuro de Bond. La que se dirige al pasado y ocupa la mayor parte del relato, está orientada a establecer la extraña relación que Bond tuvo con el villano de turno, Franz Oberhauser (un correcto Christopher Waltz), devenido en principal miembro de la Organización Spectre, que esta vez ha montado una especie de "Gran Hermano" a nivel mundial capaz de espiar los movimientos de hasta el mismisimo MI6. Esta línea, nunca será esclarecida. No obstante, hace pensar que el huérfano James fue tutorado por Oberhauser padre y de allí, la vieja relación con el villano. Por otro lado, la segunda línea divergente, orientada hacia el futuro, pone en duda la función de los agentes doble cero y necesidad de la licencia para matar dado que la inteligencia artificial puede constituirse en un perfecto sustituto de los mismos con un costo de vidas humanas infinitamente inferior.

La cuestión es que ninguno de los dos conflictos planteados es suficientemente claro, ni parecen afectar personalmente al héroe como se pretende, ni tampoco dejar preocupado interesado al espectador en función de lo que está viendo.  Bond no dejará de ser Bond en la próxima película ni quedará tendido en el  diván de un psicólogo.  Tampoco el público está tomando conciencia que la posibilidad del Gran hermano ya es una realidad capaz de afectar nuestra propia seguridad y sobre todo,  intimidad.

El film puede verse como lo que es, una película de acción, pero queda deudor por ser un film demasiado  pretencioso que no satisface las líneas dramáticas que plantea. Es cierto que esas líneas se juntaran al final, pero el trayecto de las mismas está lleno de obstáculos que obligan al espectador a un esfuerzo mayúsculo para poder desentrañarlas. En "Skyfall", Mendes llevaba a buen puerto el conflicto de la orfandad de los doble ceros y lo transformaba en tragedia ante la muerte de M. Pero en "Spectre", los conflictos paralelos no se resuelven a través de las imágenes sino por medio de diálogos explicativos que se llevan por delante todos los esfuerzos cinematográficos que Mendes ha hecho para que Spectre pueda ser el gran espectáculo Bond que se propuso ofrecer.

viernes, 30 de octubre de 2015

PUENTE DE ESPIAS de Steven Spielberg


UN PUENTE FALLIDO

Spielberg es un maestro de gran espectáculo (Tiburón, Jurasic Park, Indiana Jones), tiene además, buena mano para dirigir comedias (Loca Evasión, 1941, Atrápame si Puedes), y escaso vuelo para el drama (Amistad, El color Purpura). Pensé que Puente de Espías, su película más reciente estrenada se iba a inscribir en la línea del thriller revisionista que había hecho brillar en Múnich o en Lincoln. No fue así.

Puente de Espías es difícil de encasillar en un genero. Podría tratarse de un gran drama humano,  o de una comedia absurda. Es que Spielberg nunca da con el tono del film, una superproducción absolutamente desequilibrada que nunca encuentra el rumbo narrativo. No es un drama, no es una comedia y tampoco es una película de suspenso, ni siquiera una sobre la guerra fría como lo fueron Funeral en Berlín ó El Hombre que Volvió del Frio. Hay momentos en que el propio Spielberg  parece totalmente perdido,  y lo peor es que eso ocurre ni bien ha comenzado el film. Actuada por Tom Hanks, para mí un actor extraordinario,  acá aparece ajeno a los viejos films de espías y el humor de algunas series americanas de los años 60 como El Agente de Cipol o el mismisimo Súper Agente 86. Solo falta el blanco y negro. 

 Transcurre 1960, plena Guerra Fría. La acción nos sitúa en Nueva York.  La primera escena del film es un operativo policial del FBI que trata de atrapar a un espía ruso de lo cual solo sabemos que es un hombre mayor de unos 50 años que se dedica a pintar cuadros a orillas del East River (De lejos, la mejor escena cinematográficamente hablando, de la película). La sospecha de que este hombre sea un espía ruso es tan poco probable como que en la segunda escena del film, le pidan a un abogado que trabaja para una empresa de seguros ( Tom Hanks) que lidere la defensa del presunto espía al cual se le va a hacer un juicio "trucho" simplemente para salvar la apariencias legales y ponerlo rápidamente en la cárcel. Para poder seguir con la película más allá de los 20 minuto que han transcurrido, a los guionistas se les ocurre que Tom Hanks, sintiéndose culpable de que no ha podido defender a este buen tipo, vaya a hablar con un Juez de la Corte Suprema para convencerlo que no tiene sentido aplicarle como condena la silla eléctrica por traición, sino más bien, darle una perpetua y tenerlo como posible prenda de cambio en caso que los rusos tomen algún americano prisionero. Cosa que, obviamente, va a ocurrir en la escena siguiente. Hasta aquí llevamos no más de 45 minutos y falta, mínimo, hora y media más de obviedades similares. Por lo tanto, no tiene objeto que les cuente más del argumento.


No hace falta aclarar que este nuevo film de Spielberg no me gusto. No obstante, cabe aclarar que Tom Hanks hace lo que puede, y para no dejar lugar a dudas, al final de la película, llega a su casa, saluda a su familia que se está enterando por televisión que su padre se ha transformado en un héroe de la Guerra Fría, va hacia el dormitorio, ve la cama, y se deja caer vestido en ella porque está muerto de cansancio después de todo lo que ha hecho y viajado,  y sobre todo, harto de lo que tuvo que protagonizar. Del mismo modo quedamos nosotros, los espectadores. Los demás rubros técnicos del film son buenos. Luce la fotografía de un operador habitual en el cine de Spielberg,  Janusz Kaminski. Su fotografía es tan buena que no puede ocultar los decorados. Los puentes de Berlín donde ocurren las escenas finales se ven tan ficticios como la propia historia que nos narra pese a que la misma está basada en hechos reales de la vida del abogado americano James. B. Donovan. Lamentablemente, un film fallido de Steven Spielberg.

miércoles, 28 de octubre de 2015

DOS DIAS, UNA NOCHE de Luc y Jean Pierre Dardenne





LA AMENAZA DE LA DESOCUPACIÓN

El cine de los hermanos Dardenne siempre ha puesto su mirada en la cuestión social. Su labor comenzó en el cine documental en 1978, y en 1987, realizan "Falsch" su primer film de ficción. No obstante ello, su nombre comienza a ser conocido mundialmente en 1996 con  "La Promesa".  En Argentina los conocimos tardíamente, en oportunidad del estreno de "Rosseta", su cuarta película de ficción, con la cual ganaron el Festival de Cannes de 1999. Con el premio en Cannes, se convirtieron en grandes maestros, y asiduos invitados del mismo, donde volvieron a obtener premios cada vez que se presentaron. Su cine no solo denota interés documentalista, sino que se caracteriza por una gran calidad formal y realismo. Enfocado en los problemas de la juventud actual, narran historias individuales donde sus protagonistas sufren la ilegalidad de los Inmigrantes (La Promesa, 1996; El Silencio de Lorna, 2008),  la soledad y la ruptura de los lazos familiares (Rosetta, 1999),  la  psicosis persecutoria de un carpintero que toma como empleado a un adolescente que ha dado muerte a su hijo (El Hijo, 2002); la paternidad precoz y el tráfico de niños ( El Niño, 2005), la búsqueda de amor y la necesidad de una madre sustituta (El Niño del la Bicicleta, 2011).

Ahora, y a más de un año de haber sido presentada en Cannes 2014, nos llega "Dos Días, Una Noche", una película que se mete en la precariedad de las relaciones laborales en el mundo actual. Sandra, su protagonista, es empleada de un laboratorio en las afueras de Paris. Está casada, tiene dos hijos en edad escolar, y tienen los problemas de todo matrimonio joven: la falta de dinero. Para colmo de males, la empresa donde trabaja  Sandra, debe hacer un ajuste de personal, y Sandra quedará afuera.

"Dos Días, Una Noche" es el relato de la peregrinación de Sandra durante un fin de semana para tratar de mantener su trabajo. Sandra saldrá casa por casa de sus 16 compañeros de trabajo para convencerlos que desistan de recibir un bonus a cambio que ella pueda mantener su trabajo. No hay duda que los Dardenne quieren hablar sobre la solidaridad social y laboral. El análisis de las relaciones laborales que realizan está focalizado en una situación muy particular y termina siendo una enorme critica a la responsabilidad empresaria. Es que producida una típica crisis coyuntural de la empresa, la salida buscada es un ajuste muy rebuscado. No sé si esto es habitual en Francia o si es una simple argucia argumental del guión de los Dardenne para crear una atmosfera de injusticia social y a una nueva heroína producto de esa situación absurda.  Obviamente,  triunfa  la propuesta del Bonus, por lo cual, Sandra debe quedar afuera.

El film será la historia del largo y reiterativo peregrinaje de Sandra durante todo el fin de semana, apoyada por su marido y una compañera de trabajo, tratando de convencer a los 14 compañeros restantes para que voten la propuesta de mantener el trabajo y  no aceptar el Bonus. La mirada crítica de los Dardenne se concentra en la precariedad de las relaciones laborales, las necesidades pecuniarias de la mayoría, y muestras de insensibilidad frente al problema ajeno.

Visto desde otro ángulo,  de la propuesta laboral también surge una especie de irresponsabilidad de parte de la empresa, dado que no parece tener  mucho sentido que una empresa deje en manos de los propios empleados un ajuste de esa naturaleza. En todo caso, si se debe hacer una ajuste de personal, lo más lógico debería ser hecho en función del análisis de procesos y de performances individuales, donde claramente, la empresa podría justificar un "achicamiento". Pero en este caso, la cuestión no está muy explicada, y todo parece emerger arbitrariamente de alguna demanda laboral de reconocimientos tales como un premio anual que obviamente desajusta las nominas salariales y la capacidad financiera de la empresa.

La potencia habitual de las denuncias sociales del cine de los Dardenne se pierde frente al devenir individual y reiterativo de Sandra, la nueva heroína de los hermanos belgas, interpretada estupendamente por la francesa Marion Cotillard, la misma que ganó el Oscar por su extraordinaria personificación de la Piaf en la película que lleva el mismo nombre. Cotillard nos hace sentir el sufrimiento de Sandra, un ser frágil e inestable al borde de la crisis nerviosa y el intento de suicidio, contenida de alguna manera por los vínculos familiares, que en esta película, aparecen sólidos  como nunca antes  en el cine de los Dardenne.

No obstante ello,  la película, como cine denuncia, desde lo social, parece algo floja. Y desde otro punto de vista, desde lo individual, el personaje de Sandra parece más al borde de una crisis personal producto de una personalidad inestable que de una desgraciada situación laboral. Creo que estos desniveles afectan y resienten la potencia del mensaje de los Dardenne cuya mirada, sin lugar a dudas,  es la precariedad en que se encuentran las relaciones laborales frente al avance imparable de una sociedad que se tecnológiza y en consecuencia,  sustituye cada vez más mano de obra humana por mano de obra robótica. Por otra parte, esta ha sido la consecuencia de toda revolución industrial acaecida en la historia del mundo. Pero la velocidad de su ocurrencia es lo que más preocupa.


Nos queda una reflexión final que es una pregunta. Será cierto que los procesos de educación y el continuo entrenamiento de los recursos humanos encontrará mejores puestos de trabajo frente a este mundo tecnologizado? La aparición de nuevos trabajos donde prevalece la inteligencia y la capacitación humana serás suficientes para absorber esta masa humana en crecimiento? Es la inteligencia humana a nivel individual perfectible o un cociente dado?

jueves, 22 de octubre de 2015

PACTO CRIMINAL de Scott Cooper

EL LADO OSCURO DE LA LUNA




No es la primera vez que la mafias de Boston son el tema de una película.  Los Infiltrados (The Departed, 2006) de Martin Scorsese y Atracción Peligrosa (The Town, 2010) de Ben Affleck, desde otros ángulos ya habían tocado el tema. Pacto Criminal (Black Mass, 2015), la película de Scott Cooper que se estrenó hoy en Buenos Aires constituye un nuevo punto de vista sobre el tema.

Centralizado en la figura de James Bulger, un hijo de irlandeses muy bien caracterizado por un irreconocible Johnny Depp, narra su relación presente con un amigo de la infancia, John Connolly (Joel Edgerton), devenido agente del FBI en la citada ciudad. Connolly busca hacer carrera en el FBI. Para ello, pacta con Bulger intercambio permanente de información sobre la mafia italiana a cambio de protección sobre la mafia irlandesa, estableciéndose una relación ilegal que pende de un fino equilibrio siempre a punto de romperse.

El film es otra película más sobre las mafias. Más cerca de "Los Infiltrados" que de "El Padrino", destaca lo lejos que el cine de Hollywood va dejando "los modelos" para ir reflejando las "realidades".  "Pacto Criminal" es un film sobre los códigos. La hermandad y la familia como valores principales en la escala social. La amistad como un valor superior. El silencio como un bien apreciado. La traición como un crimen que se paga con la muerte. El juego, la prostitución y la droga son simplemente bienes de cambio.

Tal como habíamos visto semanas atrás la hipótesis de "Sicario" de Denis Villeneuve, en "Pacto Criminal" aparece otra vez la idea de la imposibilidad de luchar contra el crimen con la ley en la mano. Si en "Sicario" el trabajo limpio lo hacia la CIA y el trabajo sucio lo hacia un sicario, en "Pacto Criminal" un agente del FBI pone bajo su protección a uno de los mayores criminales de la ciudad de Boston a cambio de conseguir información de primera con el solo propósito de mejorar sus chances de carrera en la agencia federal.

Cabe preguntarse: Qué estamos viendo? Ficciones o casos reales. Estamos asistiendo a un cambio de paradigmas en Hollywood?  Acaso la gran máquina de fantasías está abandonando los "viejos modelos" que nos transmitían las bondades del "American Way of Life" para instalar "los nuevos modelos" de una sociedad muchos más desestructurada en la que todo vale y se salva el que puede. Acaso estamos frente a un cambio que en el fondo significa una regresión hacia lo que sería el imperio de la ley de la selva?. Es interesante recordar un pasaje del film donde Bulger habla con su hijo de 8 años. El niño ha sido amonestado en su colegio por un acto de violencia contra un compañero. Lejos de reprenderlo, Bulger le dice: "Escúchame con atención porque la vida está llena de lecciones. Tienes que aprender estas cosas. No es lo que haces, sino cuándo y dónde lo haces, o con quién ó a quién se lo haces. Si nadie lo ve, no sucedió. Entendido?"  Es esta la filosofía de vida Bulger, un mafioso, o es un nuevo paradigma que se está instalando en la sociedad actual?

No obstante, "Pacto Criminal" no alcanza la profundidad de la propuesta de "Sicario". Carece del final abierto de ésta para provocar la reflexión del espectador.  En "Pacto… unas "tranquilizadoras" leyendas finales nos informen que John Connolly (el policía corrupto)  fue condenado a 40 años de prisión y que James Bulger (el mayor criminal de Boston) se mantuvo prófugo  de la justicia durante 25 años, hasta que fue apresado en 2010, en California, a los 80 años. Desde entonces, cumple condena en una cárcel del Estado de Minnesota. Sin embargo, uno queda con la impresión de que el crimen no siempre paga, y mucho menos cuando debe pagar. Lo cual no solo muestra un estado de indefensión sino que explica el porqué de la inseguridad reinante.


Film sólido de Scott Cooper ("Corazón Rebelde", 2009, que le valió el Oscar a Jeff Bridges). Al principio, cuesta entrar en el relato dado la multiplicidad de personajes que presenta de entrada, pero una vez que estableció el hilo narrativo, el film corre sin tropiezos, hilvanando escenas cortas y contundentes. El cine de Cooper es un cine de planos y contra planos cortos. No hay grandes movimientos de cámaras ni raros paneos. El film es seco como la historia que narra y eso le permite concentrarse en el drama pesimista de una amistad que ha tomado un rumbo equivocado.