SOBRE EL PASO DEL TIEMPO Y LOS CAMBIOS
El film es la historia sobre un modisto inglés, a mediados
de los 50, cuyo argumento puede ser analizado desde diferentes ángulos que
abarcan tanto lo social como político, e incluso lo psicológico.
En primer término se trata de una delicada reflexión sobre
el arte y la soledad del artista. De cómo la moda marca una época, y de cómo un
hombre es capaz de transformar el gusto de la gente a través del arte. Pero
también hay algo más tangible, más concreto. Estamos ante un análisis de la
evolución política y social inglesa, sus grandes cambios en un momento dado de
la historia, aquellos que transcurren ente fines de los 40 y principios de los
50.
Se trata de la descripción de un hombre solitario, un tal Reynolds
Woodcock, interpretado por Daniel Day Lewis, que vive con su hermana Cyril
(Leslie Manville), encerrado en una casa taller de un barrio de Londres donde
pasa la mayor parte de su vida diseñando y realizando vestidos que hacen sentir
su influencia sobre la clase alta y la realeza. Pero lo de Reynolds no es
simplemente la tarea de un modisto o de un sastre. Reynolds es un artista que
impone tendencias. Una especie de rey que se acerca a una deidad en el mundo de
la moda.
Resulta muy interesante la idea de cómo un hombre solitario,
alguien que vive en su mansión alejado del mundanal ruido, es capaz de imponer
cambios en los gustos sociales a través de sus trabajo. Es que en el propio
taller de Reynolds se respeta un orden jerárquico tradicional, el orden
victoriano de la misma sociedad inglesa con Reynolds como cabeza visible,
mientras su hermana Cyril se encarga de la confección, la administración y manutención
de la clientela. Esa situación es un paralelismo del orden imperante. Reynolds
es el Rey mientras que su hermana es la Primer Ministro. Dentro de esa
organización,
Reynolds opera, además, como una deidad a la que todos le rinden
tributo y adoración.
Todo este orden se altera de repente cuando aparece en su
vida otra mujer, Alma (Vicky Crieps), una camarera de un bar, de una condición
social menor. Esa muchacha de clase baja de la cual Reynolds se enamora idílicamente
es el pueblo. Con ella mantendrá una relación muy particular. La llevará a
vivir a su casa e incluso le dará diversas tareas dentro del taller de costura.
Pero habitarán en cuartos separados y Alma disputará con Cyril el control de la
casa y del negocio. Es el momento en que el laborismo ingles derrota a
Churchill, y los paralelismos observan que Inglaterra pierde su supremacía en
el mundo y los Estados Unidos se convierten en la nueva gran potencia.
Consecuencia de ello, todo aquel orden comienza a
resquebrajarse paulatinamente. Tal vez, el inició de ello haya sido la muerte
de la propia madre de Reynolds, una reina madre (acaso la Reina Victoria cuyo
reinado dejó huellas suficientes para generar una era). Es que la madre de
Reynolds, su recuerdo, es como un tótem, un ser omnipresente cuyos atributos no
son otros que los de la sabiduría y el amor infinito. La relación entre madre e
hijo ha ido más allá de las convenciones sociales, tomando rasgos religiosos. Se
ha transformado en la de un creyente y su deidad. Ahora todo está comenzando a cambiar.
Y esa presión del cambio es la a raíz por la cual Reynolds, finalmente, acepta
casarse con Alma. Esto provocará más que una unión, modificaciones en la
estructura y cambios inexorables en su vida que coinciden con los cambios
sociales que se observan en la propia sociedad inglesa.
La vida hogareña de Reynolds comenzará a imponerse sobre su
vida profesional. El éxito profesional comenzará a serle esquivo. Sufrirá
perdida de clientela que buscara a los nuevos diseñadores y las nuevas
tendencias. Es el comienzo del derrumbe del orden victoriano a mediados de los
50. La aparición de nuevas costumbres, los cambios en la música, la aparición
de la minifalda, el desacartonamiento de la enseñanza, la perdida de rigidez y
la permeabilidad en las condiciones sociales.
Esta es la segunda colaboración de Daniel Day Lewis en una
película de Paul Thomas Anderson. Anteriormente, había estado en Petróleo
Sangriento, trabajo que le valió un Oscar en el año 2007. Decir que Lewis es
uno de los mejores actores de su generación es redundante. Lo cierto es que a
partir de su creación de Reynolds la película cobra vida y genera interés, y
sin lugar a dudas, es otra de sus grandes actuaciones.
Anderson es un guionista y director experimentado, uno de
los pocos que puede ser llamado autor en el cine americano. Su primer film
estrenado en Argentina es Boogie Nights que data de 1997. A lo largo de estos
años estrenó sólo seis trabajos más incluidos el presente estreno: Magnolia, Embriagado
de Amor, Petróleo Sangriento, The Master, y Puro Vicio. Su cine péndula entre
el relato colectivo y el retrato individual. En los últimos años, su obra se ha
ocupado de un personaje principal alrededor del cual se desarrollan todos los
acontecimientos. En ese aspecto, la elección de Daniel Day Lewis y su notable
actuación es clave en el éxito de la película.
El Hilo Fantasma es aquel que marca el curso de los
acontecimientos. El que nadie lo ve, pero que está detrás de los grandes
cambios. En la película, siempre, por más insignificante que sea, está
ocurriendo algo. La historia no se detiene como no se detiene nuestro mundo que
gira en forma permanente. El tiempo pasa, marca momentos en la vida, el hombre envejece,
y después, inexorablemente, muere. Todo pasa, algunas cosas quedan, pero el
cambio es permanente. Un comentario final para la música de la película. Se
trata de una gran banda de sonido que subraya toda la película sin molestar. En
una de las escenas del principio encontramos a My Foolish Heart y My Ship por
Oscar Peterson, acompañado por la orquesta de Nelson Riddle. Dos joyas del jazz
moderno.
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