FICCIÓN Y NO FICCIÓN
Esta película trata sobre la digitalización en la industria
editorial, tratando el problema en forma de comedia ligera, con un toque de
liviandad que oscila entre lo intelectual y el humor ingenioso.
El director francés Olivier Assayas (Nubes de Sils María, Las Horas del
Verano, entre otras) reúne un elenco atractivo para dar vida a un par de
parejas. Ellos son Leonard (Vincent Macaigne), su esposa Valerie (Nora
Hamzawi), su amigo Alain (Guillaume Canet) y su pareja Selena (Juliette
Binoche). Cada uno de ellos tiene una vida profesional relacionada con los
medios de comunicación masiva: Leonard es un novelista semi-popular. Alain es
su editor. Selena es una actriz con un exitoso programa de televisión, mientras
que Valerie hace relaciones públicas para un político. También, como
espectadores, somos testigos de cómo sus vínculos profesionales se convierten
en personales.
Lo que interesa en el guión de Assayas son sus observaciones de cómo las
formas modernas de comunicación afectan lo que cada uno hace en su trabajo.
Libros electrónicos, redes sociales, blogs y programas de televisión son los
nuevos ámbitos donde lo personal se encuentra con lo profesional. ¿Eso acaso anuncia
el fin de la privacidad?
En este ámbito aparecen las novelas que Leonard denomina como
“'Auto-ficción”, aquellas que tiene como base la propia vida del escritor.
Esto, naturalmente, causa cierta fricción en el sentido de que todos sus
conocidos pueden terminar siendo personajes de una novela de este tipo, y sobretodo,
sus acciones.
Assayas es un cineasta ecléctico que ha hecho desde comedias de culto
como Irma Vep, una moderna historia de vampiros a dramas personales como Nubes
de Sils María, un drama intimista cuya protagonista es una actriz teatral en
una crisis existencial. La inquietud que muestra en esta nueva comedia a veces
se pierde en su naturaleza episódica, y en la falta de un enigma que implique
una necesidad de resolución, lo cual parece a veces que la película va a la
deriva. Pero esto es tan solo una apariencia. Assayas sabe perfectamente hacia
donde se encamina y reconoce, y sin perder nunca el ritmo de comedia, que está
desafiando con un modelo clásico de cine hablar sobre literatura y el valor de las
palabras.
El desparpajo es lo que hace que Doble Vida sea una película agradable, su
actitud hacia el romance, su aire de vodevil típicamente francés en el que
reinan las aventuras extra matrimoniales y el cruce de parejas, hacen de ella
un film siempre entretenido. Además de contar con un notable nivel actoral, en
el que luce todo el elenco. El film nunca se acartona y en consecuencia, la
trama se vuelve una comedia divertida. .
Desde su inicio, la película avanza a toda velocidad. Los
diálogos son rápidos. Una distracción es fatal porque ello puede hacer perder
el hilo de la película. El film utiliza ese ritmo y esa trama para reflexionar
sobre un problema real. La digitalización. Es decir, el abandono del papel
por los medios electrónicos.
Cada vez se lee menos, y cuando se lee, la lectura se
realiza a través de medios electrónicos y blogs. Los libros que se han puestos
de moda están relacionados con la denominada “no ficción”, un tema
que día a día acrecienta su audiencia. El film trata todo esto bajo lejos del
discurso, bajo la forma de la típica comedia de enredos francesa.
Assayas plantea una discusión de temas de la actualidad en
una forma no académica. No lo hace ni con un solemne discurso ni con un
documental con opiniones de entendidos, sino a través de una comedia envuelta
en una trama con algo de farsa, sexo y mucha inteligencia.
Si lo vemos así, el juego entre la no ficción y el uso de
las palabras se vuelve un asunto muy interesante. En un plano del film, una
conversación en una cena, resulta estimulante e intelectual. Pero en plano
siguiente, vemos que el producto de aquella conversación es usada por el autor
para escribir su libro de no ficción. Dado que nadie está libre de culpa, los
personajes, comienzan a verse preocupados por no aparecer en un libro que
pudiera desnudar sus intimidades. Uno de ellos afirma que cuando escribe “se
siente mal”. Y su editor lo califica como "el peor vendedor” dado que
vende menos porque “sus verdades” molestan a demasiado gente que termina por no
comprar el libro. Ambos acuerdan que la no ficción son verdades escondida en un
libro.
La realidad muestra que hay menos lectores, ha caído la
edición impresa de libros, y que las formas digitales, junto a la popularidad
de los blogs juegan en un debate de carácter generacional que produce un cambio
/ progreso respecto de las formas tradicionales. El hecho de que los libros y
las bibliotecas se transformen en una reliquia del pasado es ciertamente una
posibilidad pero que esos problemas, esas relaciones, esos personajes digitales
tratados en forma de comedia es un gran acierto de Assayas, quien construye un
film entretenido e interesante, evitando que la película se vuelva un discurso
sobre una época. Por el contrario, Doble Vida es una comedia muy ligera que nos
deja pensando.
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