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“Ninguna
película puede ser demasiado personal. La imagen habla. El sonido la amplifica
y comenta. El tamaño es irrelevante. La perfección no es un objetivo. Actitud
significa estilo. Estilo significa actitud”.
Manifiesto del Free Cinema, Mayo de 1957. Firmado por: Lorenza
Mazzetti, Lindsay Anderson, Karel Reisz y Tony Richardson…
A
partir de los años cincuenta surgieron las “nuevas olas” cinematográficas en
toda Europa y en el mundo cuyos objetivos eran desarrollar ideas, relacionadas
con la aplicación de nuevas formas de expresión, rompiendo con la narración
clásica del modelo de Hollywood (individuos psicológicamente definidos, que
luchan por resolver un problema, que responden a objetivos indudables y específicos.
El argumento suele basarse en un romance heterosexual, la línea principal de la
historia presenta obstáculos y un clímax. La estructura narrativa consta de un
esquema donde 1) se presentan los personajes y sus objetivos, 2) el
protagonista realiza acciones para llegar a ellos y 3) Desenlace de las
acciones.
La
idea no era una ruptura total con Hollywood; se trataba más bien de un desafío,
una trasformación de los modos de producción y financiación de las películas,
así como también la forma de contarlas. Querían desarrollar una alternativa,
para generar un movimiento
artístico, concentrado en lo cinematográfico que, durante una década, desde
1956 a 1966, intentara la renovación y evolución del cine inglés. No es un
fenómeno aislado, ocurre concomitantemente con otros movimientos, en otros
países, tales como Francia e Italia, e incluso, los Estados Unidos. El cine ya
no volvería a ser el mismo. Sus horizontes se ampliaron y las historias
narradas se volvieron más reales.
El caso inglés
fue liderado por un grupo de jóvenes cineastas que querían mostrar sus trabajos
públicamente. Lo lograron en febrero de 1956 en el Soho de Londres. La muestra
abarco cortos y mediometrajes. Jay Clayton fue considerado el precursor del
movimiento cuando realizó Un Lugar en la Cumbre (1958), pero su alma máter fue
el cuarteto formado por Lindsay Anderson, Tony Richardson, Karel Reisz y Lorenza Mazetti. Este grupo se
dio en llamar The Angry Young Man (Los
Jóvenes Enojados). Ellos serían los líderes de ese movimiento cuando sus largometrajes
comenzaron a ganar espacio no solo en Inglaterra sino en todo el mundo.
Estilísticamente,
el movimiento se basó en la tradición documentalista británica, que data desde
los orígenes mismos del cine. No obstante ello, les interesaba más expresarse
que informar. Y aunque defendieron la primacía de personajes, situaciones y
ambientes inmersos en la realidad británica de aquel momento, el free cinema encontró gran parte de su
inspiración en el trabajo de algunos jóvenes escritores que aportaban sus
trabajos literarios para transformarlos en nuevos guiones de películas que trataban
cuestiones vigentes.
El inconformismo
respecto al cine de los grandes estudios comienza a percibirse desde la crítica
cinematográfica y el cortometraje al igual que lo que sucedía en Francia. El Free Cinema fue empujado desde la revista
Sequence, una publicación universitaria de Oxford, donde solían escribir
Anderson y Reisz. Desde esas páginas criticaban el estilo académico, la falta
de realismo, de calle, de asumir problemáticas
sociales, tales como las que atravesaban los obreros mineros e industriales. En
consecuencia, se comprometían a realizar un cine que asumiendo compromiso
social, saliera a la calle con total libertad para retratar la vida de los
hombres y mujeres pertenecientes a la clase obrera.
Este cine
asumió desde un principio características de tendencia realista, con bajos
presupuestos pero capaces de reflejar la realidad social. Proponían que el
aspecto de sus películas fuera autentico, se sintiera espontáneo, con
personajes que representaran al obrero, utilizando decorados reales, con tramas
que ocurrían en ciudades pequeñas e industriales, mostrando a sus habitantes en
situaciones inherentes a su trabajo y estilo de vida. Los temas giraban en
torno de los problemas de la sociedad contemporánea y su relación con el
individuo, donde se destaca la crueldad como síntoma de la conducta social.
El free
cinema fue un cine muy relacionado a otros movimientos culturales de renovación
de la sociedad inglesa. El tratamiento de la cuestión social será uno de sus
componentes importantes. Un segundo factor, es la renovación temática: la
condición del proletariado; los barrios industriales; el vocabulario popular;
los problemas de la gente común.
La base
literaria toma tanta relevancia como lo cinematográfico dado que la línea narrativa y argumental exige
ser más explícita. Destacan en ello escritores como John Osborne, Colin Wilson
o Allan Sillito.
Una
diferencia con la Novelle Vague es que este nuevo cine inglés retrata ambientes
y personajes donde la puesta en escena adquiere un valor más funcional que
expresivo. La renovación se basa más en la mirada personal sobre una sociedad cuya
extracción social no es la burguesía que habita por los films de Godard, Chabrol o Romhmer.
El catálogo del primer programa del Free Cinema Programme en la National
Film Theatre en febrero de 1956 estaba compuesto por: O Dreamland (Lindsay
Anderson), Momma Don’t Allow (Karel Reisz) y Together (Lorenza Mazzetti). El
evento fue considerado como un “desafío a la ortodoxia”.
Causó cierto revuelo. Les llamaron “la esperanza blanca”, “los rebeldes”,
incluso, “una empresa seria y prometedora”… El público fue amplio y entusiasta.
Y en gran medida, como resultado de esta respuesta favorable, el asunto se
convirtió en un movimiento. Tres años después, al terminar “El Sexto Programa”,
el grupo decide dar por finalizado el movimiento dado que lo realizado ha
servido y acabado su propósito. Así que este será el último Free Cinema.
No obstante
ello, puede afirmarse que el impulso de estos cineastas tuvo continuidad en la
cultura de la década siguiente. El Free Cinema abrió un camino en plena crisis
social de la política de Margaret Thatcher. Reaparece para ofrecernos su visión de los
nuevos problemas que no dejan de ser problemas similares a los anteriores:
huelgas, reconversiones, inmigraciones ilegales…, temas que asumieron nuevos
directores como Ken Loach, Mike Leigh o Stephen Frears.
Artistas y películas del Free
Cinema
Lindsay Anderson
(1923-1994)
Sus trabajos críticos en la revista Sequence
dieron algunos textos básicos del movimiento. Dirige tanto cine - cortos,
documentales, largometrajes - como teatro, e incluso hizo incursiones,
ocasionalmente, como actor. Autor de numerosos cortos, entre sus largometrajes
están: El
Llanto del Ídolo,
If… (1968), (Palma de oro en Cannes) y Un Hombre con Suerte.
Karel Reisz
(1926
- 2002), Checoslovaquia. Escribió regularmente en revistas de cine, y
publicó una famosa Teoría del Montaje Cinematográfico.
También dirigió teatro, siendo director del National Film Theatre donde
se exhibe por primera vez un programa del Free Cinema. Realizó documentales y
entre sus largometrajes cabe citar: Sábado
Noche, Domingo Mañana (1960), Al Caer la Noche (1964), Morgan, Un Caso
Clínico (1966), Isadora (1968), El Jugador (1974), Dog Soldiers (1978), La
Mujer del Teniente (1981), Francés
(1985) y Todo el Mundo Gana (1990).
Tony Richardson
(1928-1991).
También director teatral, exhibe sus primeras obras cinematográficas en los
programas iniciales del Free Cinema. Algunas obras: Recordando con Ira (1959), El Animador (1960), Sabor a Miel (1961) La
Soledad del Corredor de Fondo
(El Mundo Frente a Mi (1962).
Su consagración internacional llega al ganar 4 Oscars con Tom Jones en 1963.
Lorenza Mazzetti (1927 – 2020) Nació el 26 de julio de 1927 en
Roma, Lazio, Italia. Fue directora y escritora, conocida por Together (1956), La
Italiana y el Amor (1961) y Los Cautivos Vamos al Paraíso (1959).
Richard Lester (1932) - Nacido en Filadelfia, realiza su trabajo en
Inglaterra. Su cine combina el humor inglés y el disparate
norteamericano, sin olvidar aspectos de crítica social. Su película Anochecer
de un Día Agitado se sitúa en los márgenes del Free Cinema. Narrada como un
documental, nos cuenta 24 horas en la vida de los Beatles. Es la primera incursión del grupo en el cine y fue
reestrenada, con honores, en 2007. Con esta película Richard Lester marca una inflexión en el
cine británico y marca la génesis de un nuevo cine denominado pop.