DE ESPIAS Y MATRIMONIOS
Es una película británica que luce como obra de arte a
partir de una trama de índole familiar, por un lado, y por otro, se desliza
como una comedia clásica de espionaje con ciertos toques de modernismo que hace
pensar que nos encontramos con una obra que es algo menos que lo que parece.
Muy bien actuada por dos actores que están cómodamente
colocados en la cabecera del cine británico, y con ello, las posibilidades de
experimentar sobre bases clásicas, destaca la actuación de Michael Fassbender y
Cate Blnachet que con su simpatía logran atrapar el interés del espectador.
La película funciona como un relojito durante la primera
media hora de película pero de a poco, como sui se tratara de una comedia de
enredos, comienza a ratear el motor de arranque y le cuesta encontrar un camino
donde pueda desarrollar con soltura lo que a priori parecía ser obvio.
En consecuencia, el film de espías comienza a perderse,
se encierra en el departamento de la pareja, aparecen trapitos al sol y el film
se desarma. La pequeña trama subyacente de espionaje rescata la película desde
el punto de vista de la trama de espionaje, pero lo cierto es como esas
personas que viven aparentando y escondiendo secretos, consiguen tener una
relación fluida con el otro y los demás, que si bien no aparecen en el film,
están omnipresentes.
No obstante lo señalado, el film, dentro de una cartelera
bastante pobre, se destaca como una obra que en todo momento busca distanciarse
de los estereotipos y por si misma encuentra el camino. Es una obra diferente
de los arquetipos, y dentro del cine inglés, luce como una película que busca
diferenciarse por el lado del verismo, narrando con honestidad en una búsqueda de
cine verdad.
La necesidad de comunicarse con el otro, salir del
encierro propio, son dos puntos cruciales para socializar y poder desarrollar
relaciones humanas positivas que permitan primero el desarrollo de la pareja y el
encuentro con el otro, y el resto de la sociedad,