EL PASADO SIEMPRE VUELVE
Diferente a sus films anteriores, tanto en lo conceptual (elige
la mezcla de géneros) como en la producción (francesa y española), Farhadi, rueda
en España, con un trio de notables actores (Javier Barden, Penélope Cruz y Ricardo
Darín), un thriller cuyas virtudes están en la calidad de su nivel
interpretativo y un sostenido ritmo lleno de tensión y suspenso que el director
dosifica sabiamente a lo largo de todo el film.
Clásico film de género que navega entre el policial negro y
el melodrama clásico, no solo lucen los actores sino también es notable la
capacidad de Farhadi como guionista y director. Son conocidas las habilidades
del director iraní en estos rubros, no obstante, sorprende su ductilidad y
capacidad de adaptación a un medio tan diferente como es España respecto de
Irán.
Si bien el argumento adquiere características universales
toda vez que en el film se habla de amor y de dinero, Farhadi tiene la
habilidad de crear tensiones, resolverlas, y volverlas a continuar en forma
diferente durante todo el transcurso del film manteniendo al espectador pegado
a su butaca tratando de discernir un “judonit” (quién lo cometió) hasta el
final mismo de la película en una especie de montaña rusa emocional. En muchos
aspectos este film recuerda a “A Propósito de Elay”, un film suyo de 2008 en el
cual desaparece la joven Elay en medio de unas vacaciones familiares.
La cuestión viene de antaño. Una familia con orígenes
feudales propietaria de tierras e incluso pueblos medievales. Un terrateniente
que ha perdido sus tierras como consecuencia de llevar durante años una vida
disipada. Generación tras generación han perdido dinero y tierras que los
coloca en la actualidad en una dificultosa situación económica en medio de una
España que ha cambiado, se ha modernizada formando parte de una Europa pujante.
En esta situación, el director subraya una clásica confrontación
entre los viejos y los nuevos propietarios de las tierras, como si aquellos pretendieran
mantener el concepto que propiedad y clase social fueran la misma cosa no
aceptando los cambios sociales que dichas
pérdidas generan. Está claro que un país monárquico como España pueda mantener
cuestiones de linaje, pero tampoco puede sustraerse a que hoy en día la
tenencia de propiedades y/o dinero son tomadas como sinónimos de riqueza y
determinan nivel social en nuestra época.
Farhadi plantea que el pasado siempre vuelve, ya sea por el recuerdo o por la cuestión irresuelta. Es entonces cuando aparece ese poderoso caballero llamado Don Dinero, algo fungible, a diferencia del amor que no lo es. En el film hay amores que no encuentran su pasado, que se perpetúan en el tiempo sin solución de continuidad. Y también hay cuestiones pecuniarias irresueltas o que no se aceptan resolver. La carga es explosiva dejando poco lugar para el final feliz.
No estamos ante la mejor película de Farhadi pero estamos
ante una película sólidamente desarrollada, claramente resuelta, que mantiene
las tensiones planteadas de principio a fin, que se maneja correctamente dentro
de cada género, logra mantener la atención del espectador, y que por sobre
todas las cosas tiene un alto nivel de actuación que hacen absolutamente creíble
y hasta emotiva la historia que nos está contando.
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